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sábado,
24 de
junio de
2006 |
La ruta del vino
Castillos de la Edad Media, bosques como en los cuentos de hadas y viñedos por todos lados: la ruta del vino lleva por una de las regiones más bonitas de Alemania. Cada año, el último domingo de agosto, la ruta del vino está reservada para los peatones, ni autos ni motos pueden pasar por allí, nada que haga ruido. No obstante, la región se ofrece siempre para un paseo de unos días o unas vacaciones largas.
La ruta está ubicada al suroeste de Alemania, a 100 kilómetros al sur de Francfort. Empieza en el pueblo de Schweigen, casi en la frontera con Francia, donde se entra por el majestuoso portal del vino, que mide unos 18 metros de altura y fue construido en 1936.
El punto final de la ruta del vino es Bockenheim, donde últimamente se construyó la Casa del Vino, al estilo de una ciudadela romana. Entre esos dos lugares, el visitante encuentra un recorrido de 85 kilómetros lleno de atracciones turísticas.
El mejor tiempo para visitar la zona es en octubre cuando los viticultores cosechan las uvas con toda la familia.
El paisaje invita, también en primavera y verano, a hacer largas caminatas y a descansar, e ir a una bodega para probar las especialidades de la casa, por ejemplo, la tarta de cebolla o el pastel de castañas.
Estos platos pueden ser acompañados perfectamente con un fresco vino blanco, como el famoso Riesling o el intenso Gewürztraminer, o con una copa de Federweiber, un tipo de vino muy joven que tiene un tono blanquecino y turbio.
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