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 domingo, 11 de junio de 2006  
Una chica fue alcanzada por una bala disparada por ladrones tras un robo
Tiene 18 años y está embarazada de 3 meses. Salió a la puerta de su casa alertada por el griterío de los vecinos que presenciaron el atraco a un taller. Entonces, una tiro de los maleantes la alcanzó en una pierna

Una chica de 18 años y embarazada de tres meses resultó herida de un tiro en una pierna cuando dos delincuentes, que segundos antes habían asaltado un taller de la zona sur, cubrieron su fuga con balazos. Fueron cuatro o cinco los disparos que uno de los maleantes descargó mientras se ponía en marcha el ciclomotor en el que había llegado con su cómplice y en el cual ambos alcanzaron a escapar. La joven, quien ese momento tenía en brazos a su hermanita de un año, tuvo mucha suerte. El plomo se le metió por el muslo izquierdo y prácticamente le cruzó toda la pierna sin que llegara a tocar el hueso. Tanto ella, como el bebé que está gestando, están fuera de peligro.

Se trató del segundo caso en un par de meses en el que una joven mujer inocente terminó herida al quedar expuesta a un tiroteo. El antecedente más grave, y que tuvo similitud con de anteayer, sucedió en barrio Ludueña cuando Griselda Di Giácomo recibió un disparo en el pecho (ver aparte).

En esta última ocasión, el incidente ocurrió entre las 17 y 17.30 del viernes en Balcarce entre Uruguay y Saavedra. Dos hombres llegaron en moto al taller de chapería y pintura Integral Milenio, que está ubicado en el número 3465 de la primera de las calles citadas. Según fuentes policiales, al parecer los delincuentes tenían información acerca de que en ese comercio había una importante suma de dinero producto de una operación comercial o el pago de los sueldos.

Con ese dato, los maleantes llegaron hasta el local y dejaron estacionada la moto al lado de un árbol. Tras ello ingresaron caminando al inmenso predio en el cual, rápidamente, controlaron a los empleados y a algunos clientes que se encontraban en el lugar. A todos ellos les robaron los celulares, billeteras y unos 700 pesos que había en la caja de la administración. Segundos después, y luego de apoderarse de las llaves de los autos de los clientes, emprendieron la retirada hacia la calle.


Reacción de los vecinos
"Salieron los más campantes. No corrían, caminaban muy tranquilos hasta donde estaba la motito. Pero comenzaron a escucharse los insultos de los empleados que se sintieron impotentes ante el atraco. La cuadra estaba llena de gente que también reaccionó", contó a La Capital Teresita, una vecina que vive medianera de por medio con el taller.

El robo y la posterior fuga de los ladrones armó un revuelo tal que un vecino, uno de los tantos que advirtieron el desenlace del episodio, intentó salirle al cruce de los maleantes con su propia camioneta. "La gente le decía pasalos por arriba, pasalos por arriba. Ahí fue que uno (de los delincuentes) sacó un revólver y comenzó a tirar", consignó la testigo.

En ese momento, Miriam Bregant estaba en su casa de Balcarce 3445, a unos 20 metros del taller, junto a su hija Jésica Soledad Zurita, de 18 años. La chica, casada y embarazada de tres meses, había ido a visitar a su mamá para ayudarla con Chiara, su hermanita de 1 año. "Escuchamos los gritos en la calle y salimos para ver qué pasaba. Yo tenía a la bebé en brazos", recordó Jésica luego de que le dieran el alta en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Es que apenas pusieron un pie en la vereda, la chica fue víctima de una secuencia que cambiaría dramáticamente la situación en pocos segundos.

"Los ladrones estaban subiendose a la motito y un hombre salió a correrlos con la camioneta. Entonces uno sacó un arma y comenzó a tirar hacia el vehículo. Yo escuché cuatro tiros. Para mí una de las balas rebotó en la chata y le pegó a mi hija, porque en ningún momento vi que el choro apuntara hacia donde estábamos nosotras", señaló Bregant a La Capital .

Luego de provocar la lluvia de plomo, los asaltantes escaparon por calle Saavedra hacia bulevar Oroño. La mujer destacó que la rapidez con que respondió el Comando Radioeléctrico ayudó a que su hija no sufriera males peores. "Llegaron en dos minutos y cargaron a mi hija en un patrullero. Creo que en menos cinco minutos ya estábamos en el hospital", remarcó Miriam.


Un susto mayúsculo
Ya repuesta y en su casa, Jésica contó que el balazo que le atravesó la pierna le hizo perder el equilibrio y que se le resbaló su hermanita de los brazos, aunque afortunadamente la bebé no sufrió heridas y sólo lloró por el golpe que recibió.

Jésica lleva adelante un embarazo de 3 meses y a pesar del susto, el feto no tuvo ninguna alteración. La bala, que sería un calibre 22, le ingresó por la parte trasera del muslo izquierdo y recorrió casi toda la pierna sin tocar venas, arterias y el hueso.

Los médicos que la vieron en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez decidieron que por el momento no se le puede realizar una operación para extraer el plomo. Por eso le dieron el alta, aunque Jésica debe guardar reposo absoluto y no se podrá mover de la cama por algunos días. "El miércoles o el jueves debe realizarse otro control y allí los médicos dirán si la operan o no", comentó su mamá.
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La mamá y el esposo de Jésica en el lugar donde la chica fue alcanzada por el disparo.

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