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domingo,
11 de
junio de
2006 |
La actriz habla de su personaje en "El tiempo no para", la fuerte ficción de Canal 9
Belén Blanco: "Si una propuesta laboral no tiene poesía no me interesa participar"
Señaló que "hay que ser valiente cuando se enciende la cámara" y destacó que su labor es todo un desafío
Pedro Squillaci / Escenario
Ella se ríe ante cada pregunta, parece que no se toma nada en serio. Pero cuando responde no deja nada librado al azar. A Belén Blanco, la perversa Jackie de "El tiempo no para" (lunes a viernes, a las 23, Canal 9) no le gusta hablar por hablar, no le da todo lo mismo. Eso también se le nota en sus actuaciones, donde admite que es muy selectiva para elegir el trabajo, "cuando hay trabajo". Se divierte, se pone seria, se enoja, cuestiona, confronta, responde y también pregunta. Y le sobra profundidad en sus palabras. "No me interesa ningún proyecto que no tenga poesía", dijo en diálogo con Escenario.
-¿Cómo te llevás con Jackie, este personaje tan particular de "El tiempo no para"
-(Risas) ¿Cómo me llevo?, Bueno, no importa igual cómo me lleve, ja, ja, pero lo quiero, me gusta hacerlo.
-Con un personaje tan jugado como ése, ¿de qué elementos te fuiste nutriendo para poder componerlo bien?
-En principio, para hacer un personaje no sé si hay que nutrirse de cosas externas o cosas internas, hay que saber leer bien sus características y comportamientos, o sea dilucidar de lo que está escrito para poder interpretar. No hay que expresar mucho más. Lo que sí creo es que hay que hacer elecciones que estén buenas, que sean importantes y que te lleven por un buen camino. Una mala elección desde un principio puede hacerte equivocar. Jackie lo que tiene es que es muy simpática y muy compradora, esa parte de su carácter fue una elección mía.
-¿Por qué creés que esta tira de Canal 9 atrapó tanto a la gente?
-En principio tuvo una propuesta estética diferente y un problema interesante, que es un grupo de personas de 30 años que se ven perdidos. Es una visión del principio de la adultez. Es un tema que a mí me pareció atrapante cuando me lo ofrecieron y creo que a la gente le pasó lo mismo. Eso hace que la gente se enganche con la historia, a mí me pasa, y es lo que tiene de bueno hacer programas de ficción, que tiene misterio y eso te engancha con la trama.
-¿Al tocar temáticas sobre homosexualidad y drogadicción sirvió para captar la morbosidad de la gente?
-No sé, no tengo ni idea, en este momento del mundo ser homosexual es lo mismo que no serlo, no implica ninguna diferencia de nada, es lo más normal del mundo. Por lo menos es mi visión, yo que sé. Y no sé si da morbo, creo que tiene que ver por cómo está contado más que el tema del gay, del drogadicto o la madre soltera.
-Siempre te catalogaron como una actriz rara, ¿cómo lo tomás a esto?
-En principio, pienso que todos los seres humanos somos iguales, a todos nos pasan las mismas cosas. La humanidad carece y rebalsa de lo mismo, en principio no me siento diferente a nadie. Ahora en lo que tiene que ver con lo artístico, o sea, si mi expresión es distinta a la de, no sé, a la de Johnny Deep, y sí, es distinta, soy otra persona, ja, ja, ja. En algún punto logístico somos distintos, ¿viste?, vos y yo no somos iguales, pero todos los adjetivos son positivos.
-No sos el prototipo de actriz que la buscan para personajes comunes, sino para los que están en los límites. ¿Te sentís cómoda trabajando como border?
-Eso creo que es una interpretación totalmente subjetiva tuya. Yo no creo que Jackie sea una border, es la persona más fría que te puedas imaginar, de border no tiene nada, hace todo fríamente calculado.
-Pero más allá de Jackie, me refiero a tus personajes de "Disputas", por ejemplo, o al que hiciste en "Mujeres asesinas" (el capítulo "Margarita, la maldita", con Cristina Banegas, quien en una escena la lleva atada a Blanco y la tira en un canasto con víboras).
-Me parece que el personaje de "Mujeres asesinas" es lo opuesto a Jackie, que estoy haciendo ahora. Es lo opuesto de inteligencia, de posibilidades, cada uno tiene sus procesos y salen distintos. A mí me parece interesante contar cosas poco comunes, a nadie le importa ver la vida de una persona común ¿Vos mirarías el programa de toda gente común, que va al trabajo, y hace todo lo mismo?
-¿Considerás que actuar es sinónimo de riesgo, y te implica tomar desafíos permanentemente?
-Sí, creo que sí, siempre es un desafío, pero también es un desafío vivir todos los días, también es un desafío elegir lo que querés, o lo que no querés, todo es un desafío si uno lo vive apasionadamente. Creo que el actor tiene que ser valiente, o sea, la cámara se enciende y tenés que decir el texto y hacer la escena, es decir, un poco de ovarios tenés que tener, pero no más que otra gente que hace otras cosas, digamos.
-¿Sos de elegir mucho las propuestas laborales que recibís?
-Sí, elijo, elijo bastante. A veces no tengo qué elegir, pero cuando puedo elegir, elijo.
-¿Qué tiene que tener un trabajo para que digas que no?
-Mirá, si no tiene un poco de poesía no me interesa. Poesía en el sentido de poesía, vos me entendés, ¿no?
-¿Poesía en los textos, en el concepto o en la estética?
-En algo, por ejemplo "Picado fino", de Esteban Sapir, tiene mucha poesía, porque es muy personal la mirada que hace el director. Me di cuenta inmediatamente cuando lo conocí, por cómo me hablaba de la película, y cuando vi que el guión era rarísimo, con hojas escritas así nomás, ahí dije «esto vale la pena». Vi que no caía en lugares comunes, que los personajes hablaban distinto. Lo poético quizá no se pueda expresar en una palabra, pero un hecho poético se puede percibir perfectamente, en la calle, en la tele, en el cine, donde sea.
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Belén Blanco dijo que "El tiempo no para" atrapa por su estética diferente dentro de la problemática de la gente de 30 años.
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