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domingo,
11 de
junio de
2006 |
Cada vez más padres piden autorización en el Registro Civil para llamar
Crece la moda de los nombres "raros"
Los quieren bautizar con sobrenombres o llamarlos como los artistas de las novelas de moda
Los quieren llamar simplemente "Paco", como la actriz de alguna novela de la tele o como a algún ángel bíblico. Y hasta se animan a proponer "Auri Azul", en alusión al cuadro de sus amores. Pero se encuentran con mil y una trabas. Se trata de los padres que llegan a las distintas oficinas del Registro Civil de la provincia; reparticiones donde confirman que "cada vez son más" los pedidos de autorización de nombres raros para los hijos. "Más de cinco solicitudes por semana", subrayó la directora del Registro Civil provincial, Iride Mariani, quien explicó que en varias ocasiones son denegadas porque los nombres "no encajan con la ley, ya sea por ridículos, extravagantes, extranjeros, transmitir ideas políticas o no identificar claramente el sexo". No obstante, la funcionaria deslizó que "mejor sería que los padres gozaran de mayor libertad al momento de elegir cómo llamar a sus niños".
A pesar de los "no" que reciben por parte de los registros, los padres insisten en querer decidir cómo llamar a sus descendientes, sin condicionamientos ni trabas.
Si bien la lista de nombres aceptados se ha ido flexibilizando, se viene detectando en los últimos años un incremento de estos pedidos: sólo en enero y febrero de este año hubo 50 reclamos de aprobación de nombres, siendo la mayor parte perteneciente a las ciudades de Santa Fe y Rosario.
Ante esta situación, Mariani considera importante un proyecto de reforma del Código Civil de la jurista santafesina Josefa Méndez Costa, que apunta a resolver este problema con mayor libertad.
Según contó Mariani, cada vez son más los padres que desean llamar a sus hijos como los actores de novelas de moda, los nombres bíblicos de los ángeles, los sobrenombres y hasta los apellidos. "Pero en varias ocasiones ocurre que éstos no encajan con la ley de nombre", remarcó la funcionaria.
Uno de los casos sin dudas más emblemáticos de los últimos tiempos fue el reclamo de unos fanáticos padres que querían ponerle a su hija "Auri Azul", en
homenaje a los colores de Rosario Central. Progenitores que corrieron con suerte ya que tras fundamentar por qué querían ese nombre, consiguieron la aprobación de las autoridades.
Otro ejemplo es el de una familia que deseaba llamar a su bebé Paco, pero por ser un sobrenombre no lo consiguió. También están los que se inclinan por los nombres bíblicos de los ángeles, como Uriel.
Un capítulo aparte merecen los nombres aborígenes, que sí están incluidos en la lista a partir de la aprobación de una ley que data de la década del 80, en los que estuvieron verdaderamente de moda.
Entre estos figura Catriel, un nombre muy pedido durante la transmisión de "Más allá del horizonte", la novela que a finales de los 90 protagonizó Osvaldo Laport.
A este ejemplo se le suman otros más comunes como el guaraní Anahí (que significa "bella como el ceibo") y los mapuches Ayelén (que quiere decir "la alegría"), o Nahuel (que traducido al castellano es "el tigre").
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