Reflexiones

Un compromiso con la participación

Miguel Angel Zamarini (*)

Sin dudas, la crisis de representatividad que llegó a su punto máximo en los trágicos sucesos de diciembre de 2001, marca un antes y un después en la política argentina en su conjunto.

Dentro de esta crisis, resulta evidente que los cuerpos colegiados han sido los que han recibido posiblemente los mayores,cuestionamientos tanto en lo referido a su accionar como respecto a su utilidad.

Por eso, uno de los mayores desafíos de la dirigencia actual es recuperar la credibilidad de la gente en las instituciones, de la misma gente que dijo basta a los manejos espurios, la corrupción y la arbitrariedad que anidaban en las principales instituciones de los tres poderes de la Nación.

La reforma que esta realidad está reclamando no admite dilaciones, y en el ámbito de la Municipalidad de Rosario así se entendió, aún antes de la crisis del 2001, cuando se comenzó con la modernización de los instrumentos de la política y la reducción del laberinto burocrático que permitió una relación transparente y fluida entre la demanda de la ciudadanía y la respuesta político-administrativa.

En este sentido, y en esta misma dirección, el Concejo Municipal ha implementado algunas prácticas que resultan novedosas y amplían las posibilidades de participación ciudadana en la institución. Una de estas experiencias es inédita en el país: el Concejo se traslada de su recinto tradicional a los barrios de la ciudad, con la intención de que los vecinos reconozcan a esta institución como suya, que se sientan correctamente representados por ella y que puedan comprobar fácilmente cómo se trabaja en la resolución concreta de los problemas que los aquejan.

A partir de una propuesta de modificación reglamentaria impulsada por el entonces concejal Agustín Rossi, el Concejo de Rosario sesiona al menos una vez por año en cada uno de los seis distritos en los que se encuentra dividida la ciudad a partir de la implementación del Programa de Descentralización y Participación Ciudadana. La experiencia comenzó a concretarse a partir del año 2004, y ya se desarrolló en todos los distritos de la ciudad.

Sin dudas,el Concejo en los barrios puede mejorarse y podrán hacerse críticas sobre su funcionamiento y aún sobre su eficacia, pero lo que a nuestro entender no admite discusión es que los concejales debemos sesionar, debatir en comisiones y reunirnos con los vecinos de todos y en cada uno de los distritos.

Por eso es que a la mecánica implementada durante los primeros dos años, de presentación de propuestas por parte de los vecinos y tratamiento de las mismas por las comisiones permanentes del Concejo y por el pleno del mismo, pretendemos a partir de este año agregar algunos mecanismos que permitan un mejor funcionamiento y un tratamiento más profundo de algunas cuestiones.

Es así que en el marco de la sesión del Distrito Sudoeste, realizada el 1º de junio, hemos concretado algunas reuniones sobre temas en particular, como por ejemplo la concreción del denominado Parque de la Vida, detrás de la actual jefatura de policía. También se realizaron reuniones con los comerciantes de la calle Arijón para mejorar las condiciones de funcionamiento del sector, con vecinos afectados para analizar la problemática relacionada con una aceitera ubicada en el sector, y con usuarios por los problemas en el servicio de agua y cloacas.

Estas reuniones nos han permitido debatir con los vecinos directamente interesados en cada una de las cuestiones con la posibilidad de intercambiar opiniones y elaborar propuestas particulares para cada caso. Porque la experiencia del Concejo en los barrios permite a muchos vecinos, instituciones y organizaciones vecinales de cada distrito de la ciudad acercar sus propuestas, reclamos y pedidos, y discutirlos directamente con los concejales.

Es el compromiso del actual Concejo profundizar y mejorar el funcionamiento de lo que entendemos un importante canal de participación. El acierto de esta iniciativa no debe medirse solamente en números de propuestas o en la cantidad de respuestas a los reclamos presentados, sino fundamentalmente en la posibilidad de trabajar para reforzar la legitimidad del Concejo y devolverle una mayor confianza de los vecinos.

(*) Presidente del Concejo Municipal de Rosario