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 sábado, 03 de junio de 2006  
"La melodía más dulce de todo el mes"

José L. Cavazza / Escenario

¿Por qué la dictadura argentina habrá elegido a Ennio Morricone para que creara la melodía oficial del Mundial 78? Quizá porque el genial compositor italiano, al convertirse en sosías musical del director de westerns Sergio Leone aportó aquel nuevo concepto de la temporalidad, que se sustentaba en la necesidad de que la música sirviera para retrotraer a los espectadores a las épocas más agrestes de la humanidad, para así dotar a las películas del sentido bíblico buscado. El músico lo había conseguido a través de la incorporación de instrumentos rudimentarios, gritos, golpes y silbidos. En fin, aquel himno y aquella otra canción de "los 25 millones de argentinos jugarán el Mundial", son las que encabezan la lista de la música de los mundiales de fútbol que nadie quiere recordar. Esto viene a cuento de que en estos días se lanzó el tema oficial del Mundial de Alemania, interpretado por el grupo Il Divo, "The Times of Our Lives" y elegido por la Fifa. A propósito, ¿quién asesora a esta federación en materia musical? Si la menos recordadas es la melodía del 78, la más añorada es la del Mundial 90. ¿Quien no recuerda la voz rasposa de Gianna Nannini gritando las estrofas de "Un?estate italiana"? Aquel "Notti magiche inseguendo un goal sotto il cielo di un?estate italiana" mientras Diego, llorando, besaba la medalla de plata después de perder injustamente la final con Alemania. Es cierto también que del campeonato ganado por Argentina en México 86 poco queda en la memoria del himno oficial, en cambio la mayoría recordará como la verdadera melodía de aquel triunfo la voz de Joe Hood cantando "Bienvenidos". Después, todos garrones blanquicelestes: en el mundial yanqui del 94 "nos cortaron las piernas" bajo las malditas estrofas de "Gloryland". En cambio, Ricky Martin y la fiestera "copa de la vida" nos llenó de entusiasmo sólo al comienzo en Francia 98 y cuatro años después en Japón-Corea la dulce Anastacia con su "Boom" nos hizo llorar más de bronca que de emoción. Lo cierto es que en pocos días más la desabrida melodía del nuevo Mundial empezará a taladrar las orejas de todo el mundo y todos estaremos de acuerdo, al menos por 30 días, de que es la mejor melodía del mes.
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