Opinión

Ojo con el triunfalismo

Gustavo de Marinis / Diario Uno de Mendoza

Ubicado en el puesto número 62 del ránking de la Fifa, el seleccionado de Angola no es la justa medida como para entusiasmarse demasiado con la selección nacional. La mayor parte de la prensa argentina le dio por aprobado al equipo nacional el examen que significó el enfrentamiento con los africanos.

  Está bien: se vio buen fútbol y no puede haber ninguna discusión acerca de la superioridad de los dirigidos por José Pekerman. Hubo, además, rendimientos individuales de excelente nivel y parece que todo contribuyó para exacerbar el triunfalismo tan argentino como el fútbol mismo y tan clásico como el exitismo. Porque si la selección hubiese perdido o empatado con Angola, a esta hora la crítica más liviana diría que el equipo tendría que pegar la vuelta. Lo cierto es que no hay término medio. Argentina ganó bien, jugó bien y el partido estuvo bien. Punto y aparte.

  No debe perderse de vista que enfrente estuvo un seleccionado que nunca ha participado de un Mundial, que su objetivo —citado claramente por su director técnico Luis de Oliveira Goncalves— se cumplió con la clasificación para Alemania y que derrotar a Irán (rival en el Grupo D) es su máxima aspiración. Entonces, esperemos un poco para enfervorizarnos o para preocuparnos por el equipo.