Evacuación en el océano Artico. La estructura de la mole de hielo a la deriva ya no soportaba una base instalada en vagones

Rescatan a 15 científicos rusos que trabajaban en un témpano

Un rompehielos atómico trasladó al grupo de investigadores y las 180 toneladas de equipos que usaban

Un rompehielos atómico rescató a un equipo de 15 científicos que permanecieron ocho meses en un témpano, en pleno océano glaciar Artico. El operativo que finalizó al cargar a los investigadores y los vagones en los que habitaron, para transportarlos a Rusia, comenzó hace cuatro días y finalizó anteanoche.

"Navegamos rumbo a Múrmansk en condiciones favorables", dijo Vladimir Strugalski, uno de los científicos. Al momento de transmitir ese mensaje, ya estaba en el rompehielos Yamal, que los transportaba de regreso a esa ciudad rusa, la primera de tierra firme en la que estarán luego de permanecer ocho meses trabajando sobre un témpano. Para la evacuación, el rompehielos se ayudó de grúas y helicópteros que aterrizaron en su cubierta, según indicó ayer el diario español El Mundo.

El grupo científico -integrado por especialistas en meteorología, química, biología, oceanografía, geofísica y glaciología- vivió en vagones y contó con laboratorios, generadores eléctricos, estaciones de radio, despensa, depósitos de combustible, tractores, trineos tirados por perros y hasta una pista para el aterrizaje de aviones.

En total, todo el equipo pesaba 180 toneladas. Strugalski -vicepresidente de la Asociación de Expedicionarios del Artico de Rusia- formó parte de la expedición Polo Norte-34 (SP-34), que trabajaba desde septiembre sobre un témpano en continuo movimiento, con velocidades y direcciones que cambian constantemente por el viento, las mareas y las corrientes marinas, entre otros factores.

Como ahora ya no estaba en condiciones para sostener la infraestructura de la SP-34, ésta se dio por concluida. La primera expedición científica al Artico por la costa rusa fue en 1937, cuando cuatro expedicionarios soviéticos pasaron siete meses en carpas sobre el hielo flotante, que cuando fueron rescatados sólo tenía 30 metros de ancho.

La próxima misión, la número 35, ya está planificada para el año próximo, declarado Año Polar por la Organización Mundial de Meteorología. El Yamal, con un desplazamiento de 23 mil toneladas, es la embarcación de más potencia de los siete rompehielos nucleares de la Flota Mercante Nuclear rusa, la más grande del mundo con seis de ellos en capacidad de navegar.


Misiones complicadas
Las misiones al Artico han sido complicadas, en marzo de 2004 una expedición quedó atrapada en un témpano de hielo resquebrajado y debió ser recogida por dos helicópteros y trasladada a la isla noruega de Spitsbergen, a unos 700 kilómetros al sur de la base Polo Norte-32.

En esa ocasión eran doce los científicos los que mantenían impaciente durante tres días a toda Rusia. Los investigadores y sus dos perros fueron recogidos por un MI-26 de transporte que logró aterrizar en los restos del témpano, de apenas 80 por 100 metros, resquebrajado y que se encontraba a la deriva a unos 700 kilómetros al norte de Spitsbergen.

Los expedicionarios, cuyas vidas corrían peligro tras romperse el campo de hielo en el que se encontraba su campamento y la estación científica Polo Norte-32, habían acondicionado una pista de aterrizaje de 20 metros cuadrados para recibir a los socorristas.

La estación polar que había sido puesta en funciones el 23 de abril de 2003, era la primera instalada por Rusia en el océano glacial Artico. Pero, a principios de marzo de 2003, debido al desprendimiento de grandes masas de hielo, originado en causas que se desconocen, se había reducido a un campamento de dos carpas, un generador y un transmisor de radio, y el resto de los equipos se hundió bajo las frías aguas.

El rompehielos atómico Yamal realizó el traslado.