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miércoles,
31 de
mayo de
2006 |
El Papa y el Holocausto
Leí con mucho interés la nota publicada sobre la visita del Papa al campo de concentración de Auschwitz. Llaman la atención las preguntas formuladas por el Sumo Pontífice sobre por qué Dios se "quedó callado" y "permitió" (sic) la matanza sistemática de millones de personas. Es digno de mención que hubo católicos, protestantes y miembros de otras religiones que valientemente se opusieron a nivel individual al régimen de Hitler y algunos de ellos lo pagaron con su propia vida. Sin embargo, las iglesias siempre han consentido en bendecir las guerras, las tropas y las armas, y han orado de forma muy poco cristiana por la aniquilación de sus enemigos. En lugar de preguntarse por qué Dios se mantuvo "callado" ante la barbarie, el Papa haría bien en preguntarse por qué calló la Iglesia, desoyendo las palabras de Jesús, quien dijo de sus verdaderos seguidores: "Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo" (Evangelio de Juan, capítulo 17, versículo 16).
Débora Costa de D'Eramo
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