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domingo,
30 de
abril de
2006 |
Ingresos. Como hacía mucho no pasaba, la pelea gremial volvió con fuerza a la región. Se discuten salarios, pero también la estructura laboral de los 90
Los nuevos conflictos del cordón industrial
Los empresarios se quejan por los piquetes y los trabajadores exigen mayores sueldos y el respeto de las condiciones laborales. Qué hay detrás de la pelea
Sandra Cicaré / La Capital
"Es una crisis de crecimiento". Así definió el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de San Lorenzo, Mario Fusaro, a los conflictos que desde hace meses -y con más vehemencia en las últimas semanas- se viven en la zona del Gran Rosario, especialmente donde está asentado el polo industrial que bordea el Paraná. Y la definición aporta un dato clave: es un momento de pujanza económica y como tal, se renuevan las discusiones por el reparto de una torta que cada vez es más grande.
Sucede que en este caso, las condiciones de negociación son muy distintas a las de la década del 90, cuando la desocupación operaba como un fuerte elemento disciplinador. En buena parte, porque la actividad sindical recuperó a partir de 2001 algo del protagonismo perdido y el crecimiento del empleo fomentó la movilidad laboral en busca de mejores salarios (ver aparte).
Las empresas, en cambio, siguen insistiendo en mantener el status quo logrado en los años del menemismo y muestran reticencia a modificar las condiciones de reparto de los ingresos, incluso aún en el marco de las discusiones paritarias que están llevando adelante distintos sectores y pese a la venia que tiene este tema por parte del gobierno de Néstor Kirchner y los legisladores.
Por caso, en las últimas semanas desde el Congreso se siguió avanzando en los cambios en las leyes laborales como las que vinculadas con la relación contractual y la modificación en los topes indemnizatorios.
"Hay una resistencia por parte de las empresas a dar mayor participación en la distribución de la riqueza, están acostumbradas a tener muchas utilidades", sintetizó el secretario de Estado y Trabajo de la provincia, Alberto Gianneschi.
Al tiempo que "hay una mayor capacidad de acción de los sindicatos que recuperaron actividad a partir de 2001", explicó el abogado laboralista Horacio Zamboni.
En ese escenario, el conflicto resulta un camino casi imposible de sortear. Algo de lo que tomaron nota tanto los empresarios, como el gobierno provincial y los titulares de municipios y comunas del cordón industrial. Por esa razón se conformó un comité de seguimiento de los conflictos laborales que se vienen registrando en la región y como un paraguas para lo que pueda venir a futuro.
Encabezado por la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, este espacio está conformado por los intendentes de Puerto General San Martín, San Lorenzo, Fray Luis Beltrán, Capitán Bermúdez, Grandero Baigorria y los jefes comunales de Timbúes y Ricardone. Además, por legisladores provinciales y dirigentes gremiales de la región.
Muy lejos de lo que ocurrió en décadas pasadas en la región, cuando las compañías reducían sus inversiones en el Gran Rosario, hoy la zona asiste al ingreso de un flujo de capitales impensado hace cinco años. Según las últimas estimaciones oficiales de la Secretaría de Inversiones de Santa Fe, en el rubro de industrias químicas durante 2005 se invirtieron 160 millones de pesos en la región mientras que el auge de los desembolsos en las compañías ligadas a la agroindustria se produjo en 2004, en plantas capital intensivas con obras de infraestructura asociadas, entre las que se destacan las realizadas por Molinos, Vicentín, ACA, Dreyfus, Noble o Cargill, entre otras.
Según el informe oficial de mediados de 2005, "en la distribución de las inversiones, el peso de la agroindustria y la petroquímica convirtió al departamento San Lorenzo en el más beneficiado al sumar 638,3 millones de pesos".
Dólares y conflictos
En medio de esta oleada inversora -y tal vez justamente por eso-, el cordón industrial del Gran Rosario vuelve a ser noticia por los conflictos que paralizan la circulación de mercadería en los ingresos a los puertos o los piquetes en las puertas de las fábricas en reclamo de mejores condiciones laborales.
Incluso, el tema fue el disparador del reclamo que el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Jorge Weskamp, realizó en nombre de todo el sector al gobierno nacional durante el acto del remate del primer lote de soja de esta campaña agrícola.
"Hay medidas que avanzan en la zona y nos preocupan porque rompen la paz social", dijo Fusaro en alusión a los piquetes en las puertas de las aceiteras, y consideró que medidas de este tipo no caben en medio de una discusión paritaria como la que está llevando adelante ese gremio en San Lorenzo. Por eso, el dirigente se quejó por "las fallas en la autoridad por parte del Estado" para encauzar este tipo de reclamos que provocaron un congestionamiento de camiones en la ciudad histórica y Puerto General San Martín.
También el vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Elías Soso, reconoció que el avance en la modificación de leyes laborales como las que se están estudiando en el Congreso "generan expectativas negativas en materia de empleo". Aunque reconoció que en la región, las exportadoras, que son "las grandes ganadoras de este modelo no deben demorarse en dar los incrementos salariales que al final tendrán que otorgar" de acuerdo a la línea que se baja desde el gobierno de Néstor Kirchner.
Una herramienta de presión
Para el titular de la cartera laboral santafesina, las medidas de acción directa como los piquetes en las puertas de las industrias que inauguró el gremio de los camioneros con Moyano a la cabeza, "son formas que utilizan los trabajadores para ablandar a la empresa en medio de una discusión para que ésta ceda más".
Aunque Gianneschi aclaró que "una cosa es que lo lleve adelante un gremio con representatividad y otro grupos irrepresentativos que sólo entorpecen los derechos constitucionales del resto de los ciudadanos".
Aunque los conflictos tienen su particularidad -en el caso de la química ICI se están discutiendo nuevas condiciones laborales, mientras que en el de las aceiteras hay un reclamo salarial- el volcán volvió a erupcionar en la zona y esta vez en una disputa que está centrada esencialmente en el ingreso.
Para Néstor Sánchez, el titular de la comuna de Timbúes -una de las zonas que más inversiones capitalizó en los últimos tiempos con la radicación de las multinacionales Dreyfus, Noble y otras que están en estudio- "el grado de conflictividad tiene un origen importante cuando la torta es más grande y tiene que haber más para todos".
Para el mandatario, que se animó a pelear con las aceiteras por las exenciones impositivas que éstas reclamaban para radicarse en Timbúes, el tema de "la inestabilidad y el conflicto" que se está dando en la región "es un argumento dibujado". A su juicio, la raíz del tema está en que las compañías pretenden mantener el mismo porcentaje en el reparto de las utilidades, sea cual fuere el escenario económico. "Si ganaban diez y te daban uno, ahora ganan veinte y te quieren dar lo mismo", graficó.
Sin embargo, no sólo lo que arde en el cordón industrial está ligado a la recuperación del salario. También se juegan cuestiones relacionadas con la modificación de las condiciones de trabajo.
"La compañía ICI, al igual de lo que ocurrió con Sulfacid hace poco, hay un planteo de un nuevo convenio colectivo de empresa, tan abusivo que ni se dio en los peores momentos del neoliberalismo", dijo Zamboni y la hipótesis fue ratificada por el legislador del socialismo, Raúl Lamberto. "En materia de condiciones de trabajo, las empresas plantean formas de flexibilización del trabajo propias de la década del 90, justo en el momento en que a nivel nacional se está andando en el camino contrario", dijo el diputado provincial que participa del comité de seguimiento de los conflictos del cordón y participó la semana pasada de varias reuniones entre empresas, Estado y gremios. "Las empresas quieren volver a las condiciones de trabajo de otros tiempos", remató.
De todos modos, consideró que buena parte de la conflictividad también está ligada a "un Estado débil que le cuesta hacer cumplir a las empresas los convenios establecidos". Para Lamberto, "las compañías se manejan con pautas propias y ni el Ministerio de Trabajo de la Nación ni la Secretaría a nivel provincial pueden hacer cumplir las condiciones de legalidas prefijadas".
Cara y ceca de la región
Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, que recogió datos acumulados de enero a diciembre de 2005, indica que se embarcaron más de 65 millones de toneladas entre granos, subsproductos y aceites en el país y el 59,84% se realizaron desde las terminales portuarias ubicadas en la región conocida como up river, que abarca desde Puerto General San Martín hasta Arroyo Seco. "Los puertos e industrias ubicadas en el sur de Santa Fe mantienen un amplio liderazgo en los embarques, que se profundiza cuando se trata de productos procesados. Así, desde la región se exportó casi el 60% de los granos, pero casi el 93% de los subproductos y 85% de los aceites", dijo la entidad.
En tanto, el Sindicato de Trabajadores Aceiteros reclama un sueldo básico de 1.800 pesos, que se está negociando en paritarias por estos días, mientras que el gremio de los químicos está disputando una dura pelea con la compañía ICI por una modificación del convenio colectivo que está centrada en el uso de contratistas para las tareas dentro de las plantas y la modificación de la polifuncionalidad, que permite que los trabajadores sean destinados a diferentes tareas.
Una crisis, que como todas, implican barajar y dar de nuevo, sólo que para que sea de crecimiento genuino todos deben salir ganando.
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Fotos
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Movilización en el cordón. Los conflictos en ICI y con los aceiteros se endurecieron y provocaron la intervención de los gobiernos provincial y municiplaes.
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