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miércoles,
12 de
abril de
2006 |
Elecciones en Italia. El primer misnitro habló de "irregularidades" y exige la verificación del escrutinio
Prodi se adjudica la victoria
pero Berlusconi no admite la derrota
Los votos de los italianos residentes en el exterior determinaron el triunfo final del líder de centroizquierda
Roma. - A pesar del anuncio de los resultados oficiales, continúa en Italia la controversia después de las elecciones parlamentarias: el Ministerio del Interior dio ayer como ganador al líder opositor Romano Prodi por un estrechísimo margen, pero el primer ministro Silvio Berlusconi no reconoció su derrota.
Prodi, líder de la coalición de centroizquierda, venció a la centroderecha de Berlusconi en los comicios parlamentarios, según confirmó oficialmente el Ministerio del Interior en Roma. "Nadie puede afirmar ser el ganador", dijo por su parte Berlusconi. Además exigió la verificación del escrutinio, asegurando que se han registrado "muchas irregularidades" en el voto de los italianos residentes en el extranjero.
Efectivamente, fue el voto de los italianos en el exterior lo que dio a Prodi la ventaja que necesitaba para asegurarse una exigua mayoría en el Senado. Cuatro de los seis senadores elegidos en el extranjero pertenecen a sus listas; otra banca fue para Forza Italia (de Berlusconi) y un sexto escaño pertenece al independiente ítalo-argentino Luigi Pallaro, de la lista Associazione Italiani in Sudamerica. Pallaro, sin embargo, debe ser contabilizado como integrante del bloque de centroizquierda, ya que antes del voto había anticipado que se alinearía con quien lograra la mayoría.
La comunidad italiana en el extranjero votó masivamente a favor de la alianza de Prodi, que recibió 4 de las 6 bancas del Senado y 6 de los 12 asientos en la Cámara de Diputados reservados para los italianos residentes en el exterior. Mientras tanto, el partido de Berlusconi, Forza Italia, consiguió un senador y tres diputados, según datos del Ministerio del Interior con casi la totalidad de los votos escrutados.
En América del Sur, los argentinos, y en particular los rosarinos, tuvieron la mejor performance (ver página 23). Las dos bancas del Senado reservadas para esta región fueron a manos de Mirella Giai (La Unión), residente en Rosario, y Luigi Pallaro (Associazione Italiane in Sudamerica), ex presidente de la Cámara de Comercio ítalo-argentina y residente en Buenos Aires. Las tres bancas pertenecientes a la Cámara de Diputados se dividieron entre Giuseppe Angeli, también de Rosario; Mariza Antonietta Bafile (La Unión), de Venezuela, y Ricardo Antonio Merlo (Associazione Italiane in Sudamerica), de Buenos Aires.
Los números cambian
La interminable noche del 10 de abril se había cerrado con una mayoría de 155 senadores de la centroderecha contra 154 de la centroizquierda. Ayer esto cambió: 158 (159 con Pallaro) para La Unión y 156 para la coalición de Berlusconi. Era la primera vez que se votaba fuera de Italia y este voto resultó decisivo para la política italiana: si la centroderecha mantenía la mayoría en el Senado, como la centroizquierda conquistó la Cámara baja, se hubiera dado por primera vez en la historia política italiana una situación de bloqueo institucional.
La Constitución indica que sólo se puede formar gobierno cuando se posee mayoría en ambas ramas del Parlamento. El voto en el exterior salvó a Italia de esta situación inédita. De todas formas, en el Senado, 158 ó 159 votos no son la mayoría absoluta, que es de 162. Para alcanzar ese número La Unión deberá buscar los votos de al menos 3 ó 4 senadores vitalicios, que en total suman 7.
Prodi manifestó su esperanza de formar un gobierno relativamente estable. "Hemos conseguido una mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado que nos permite gobernar cinco años con nuestra coalición", dijo unas 24 horas después del cierre de las urnas y un caótico escrutinio.
Berlusconi, por su parte, habló de una "división del país". "Es irresponsable de parte de Prodi organizar actos festivos cuando cada alianza cuenta con el apoyo de prácticamente el 50 por ciento de los electores", señaló. "Deberíamos tomar como ejemplo a Alemania para unificar fuerzas", indicó en referencia a la gran coalición de socialdemócratas y democristianos que gobierna en Berlín.
Sin embargo, analistas en Roma creen que esta posibilidad es bastante improbable, debido a las profundas diferencias políticas entre La Unión y la Casa de las Libertades. Prodi manifestó que la distribución de bancas, favorable a su coalición en una proporción mayor que el número de votos, es consecuencia del regreso al sistema de representación proporcional impulsado por el mismo Berlusconi hace pocos meses.
El ministro del Exterior, Gianfranco Fini, de la Alianza Nacional, admitió "al menos una derrota aritmética, pero de ninguna manera una derrota política". El gobierno y sus aliados exigen la verificación de unos 500.000 votos considerados nulos. "Hace falta una revisión atenta y precisa", dijeron fuentes gubernamentales tras un encuentro de Berlusconi con sus colaboradores.
Mientras tanto, la izquierda celebró en varias ciudades su ajustada victoria. "Estoy esperando un llamado de felicitación de Berlusconi, una costumbre en la democracia moderna", declaró Prodi, que ya fue jefe de gobierno entre 1996 y 1998.
Según trascendió en Roma, las negociaciones para la formación de gobierno pueden comenzar después de la elección presidencial del 13 de mayo. El sucesor de Ciampi encargará al ganador de las legislativas formar el gabinete número 61 de la posguerra en Italia. Finalmente, Prodi deberá obtener el apoyo de las dos cámaras del Parlamento.
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Fotos
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Prodi festeja después de que el Ministro del Interior confirmó la victoria.
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