Un chofer llamó desde su celular a la policía para salir de su encierro.

Roban a un taxista y lo dejan cautivo en el baúl del auto

Lo encañonaron con un revólver, lo pincharon con un cuchillo y lo despojaron. Agentes del Comando lo rescataron

Tres hombres que manipulaban armas de fuego y esgrimían cuchillos le hicieron vivir momentos de angustia a un taxista en barrio Bella Vista. Lo asaltaron ayer a la madrugada en una esquina y se apoderaron de los 120 pesos de la recaudación. Pero antes de alejarse de la zona del atraco lo encerraron en el baúl del Renault19 con el que estaba trabajando. Fue liberado por efectivos del Comando Radioelétrico que concurrieron al lugar alertados por una llamada anónima. Hasta el momento la policía no pudo detener a ninguno de los participantes del atraco.

Eran las 2 de ayer cuando Juan Carlos Ansaldi de 49 años se disponía a llevar el auto que maneja al lavadero cuando en San Nicolás y Presidente Perón decidió tomar su último viaje, cuando un muchacho bien vestido y de unos 35 años le pidió que lo llevara hasta Felipe Moré y Presidente Perón. "No dude en ningún momento, sobre todo porque en esa esquina tendría que haber un control policial, que nunca vi".

Cuando llegó al destino sintió que lo tomaban del cuello y le ponían un revólver en la cintura. "Era un calibre 38", recordó el taxista al hablar con este diario.

Tras amenazarlo, el sujeto que había pedido el viaje obligó a Juan Carlos a que lo trasladara hasta Presidente Quintana y Pasaje 308. Al llegar advirtió que venían corriendo hacia el vehículo dos "pibes con gorras y buzos". Inmediatamente escuchó que lo interrogaban con violencia. "¿Dónde está la plata, dónde escondiste el fierro?", le preguntaban. Cuando levantó la vista se percató que los sujetos se habían colocado al costado del auto. Uno de ellos lo pinchó con un cuchillo de cocina en el hombro y en la pierna.

Los tres ladrones le sacaron los 120 pesos de la recaudación, 40 pesos que tenía en su billetera y un reloj pulsera. "Intenté esconder el teléfono celular apretado contra mi cuerpo para que no me lo robaran", rememoró Ansaldi y no se imaginaba que minutos más tarde sería el teléfono el único medio que lo uniría con el exterior del coche.

Antes de alejarse del lugar, los asaltantes obligaron al taxista a meterse en el baúl del Renault19, RA0621, que conduce como peón en una profesión que desempeña hace más de veinte años. "Solo estuve atrapado por cinco minutos. Cuando me había comunicado con el operador de la empresa para la cual trabajo, escuché golpes desde afuera y que alguien me preguntaba si estaba ahí".

Los efectivos de Comando Radioeléctrico llegaron al lugar alertados por una llamada anónima y logran rescatar la llave del auto que habían dejado sobre el paragolpes. Así liberaron al chofer, al que encontraron sofocado y shockeado por la situación.

Fuentes policiales le atribuyeron la propiedad del vehículo a Horacio Boix, titular del sindicato de peones de taxis, que ante la consulta de La Capital negó tener vinculación alguna con el hecho, ni nadie de su familia.

El sindicalista aprovechó para manifestar que los hechos de asaltos a taxistas no pararon nunca y los controles prometidos por la policía se vieron sólo los días siguientes a la jornada de protesta de hace ocho días, luego de que el taxista Arturo Raffo denunciara una agresión en un asalto, una secuencia cuya veracidad fue puesta en cuestión por fuentes policiales y judiciales, que atribuyen discordancias entre su relato y pericias posteriores encomendadas desde Tribunales sobre el caso.

Boix descartó medidas de fuerza en lo inmediato y comentó que evalúan todos los días los nuevos hechos de asaltos."Estamos esperando la respuesta de la Justicia y si le tenemos que pedir perdón a los rosarinos lo haremos", señaló en relación a la reacción de los choferes tras la ahora cuestionada denuncia de Raffo.

Si bien la efectivos de la comisaria 19ª, donde se radicó la denuncia, realizaron algunas averiguaciones en el lugar, no lograron detener a ninguno de los participantes del asalto.

Juan Carlos Ansaldi fue asaltado en San Nicolás y Perón.