La contaminación puede evitarse

Una especialista explica cómo reducir la toxicidad de las plantas de celulosa

"En lugar de hacer piquetes para evitar la instalación de las papeleras, que ya es un hecho, los haría para exigir que informen sobre cómo piensan tratar los efluentes líquidos y gaseosos que va a generar la planta", afirmó a este diario la arquitecta Mirta Fuentes, presidente de Equística y miembro de la comisión universitaria de política ambiental. Para Fuentes, "la contaminación puede evitarse, pero a un costo que alcanza el 15 por ciento del total del capital invertido. Aun así, sólo se previene el 95 por ciento de la toxicidad de la planta", agregó.

Según la especialista, los responsables de la contaminación son los productos de desechos utilizados en la producción de la pasta de celulosa (sales de cloro, dioxina y furanos) que se vuelcan en el agua y en el aire (sales de azufre, responsables del mal olor). Aunque también, el índice de toxicidad aumenta según el tipo de árbol. "No es lo mismo eucaliptus que bagazo de caña, algodón o pino. En el Uruguay hace más de 10 años que se están plantando eucaliptus para usarlos en la producción de esta planta", agregó.

Consultada acerca del procedimiento necesario para el tratamiento de los efluentes y gases, Fuentes indicó que "deberíamos exigir que los líquidos tóxicos se vuelquen a una laguna de sedimentación, donde luego, se procede a separar los lodos solidificados y quemarlos. En cuanto a los olores, el procedimiento correcto sería tratarlos en tanques de disolución antes que salgan a la atmósfera".

En cuanto a los efectos de la planta en una y otra orilla, Fuentes se animó a vaticinar que estos se harán sentir en mayor proporción sobre la costa argentina "por las características de las corrientes del río Uruguay" y al respecto apuntó que en 1975, Argentina y Uruguay firmaron un acuerdo por el cual no se puede localizar ninguna planta que contamine sobre la ribera del río. La planta de Fray Bentos consumirá 300 metros cúbicos de agua por tonelada de papel, que significan 40 mil metros cúbicos de aguas residuales por día.