Turf: Storm Mayor ganó el Carlos Pellegrini

En brillante faena del jockey Pablo Falero, el hijo de Bernstein superó por la cabeza a Forty Licks

En el último salto, cuando el triunfo parecía quedar en poder del favorito Forty Licks, la mano del jockey Pablo Falero le permitió al potrillo Storm Mayor lograr la hazaña de tapar en el disco por una cabeza al pupilo de Roberto Pellegatta, y se adjudicó el Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini, cotejo póstumo de la hípica sudamericana. Empleando un registro de 2' 23'' 41c para cubrir la distancia de 2.400 metros el representante de la caballeriza Starlight produjo la mejor performance de su breve y efectivo historial, y además se dio el gusto de acceder a la primera victoria en el césped del Hipódromo de San Isidro.

Entonado por el valiente 3º de Forty Licks en el Nacional, su entrenador Juan Esteban Bianchi -aunque a sus caballos los presenta Roberto Desvard-, lo preparó para correr el máximo cotejo de la hípica de Sudamérica, y la suerte le tendió una mano, acordándose de aquel gran trainer que dominó las estadísticas en la década de los 8.

En el desarrollo, el peruano Paradisus marcó el camino de una carrera enmarañada, ya que, salvo el puntero, el resto anduvo a los golpes detrás, como en el caso de Storm Mayor quien del 4º lugar llegó a quedar 10º. Pese a que el ejemplar incaico (ganador de 12 cotejos en Monterrico) no cedía terreno al frente, se notaban los progresos de Forty Licks, Baader. Una vez allí, aprovechando su cercanía con los palos y toda la cancha para sí, Paradisus, intentó la disparada, pero la cuerda le dio para cubrir adelante los primeros 250 metros de la recta, porque, Baader primero, y Forty Licks después, lo fueron sobrepasando para comenzar a dirimir una final entre ejemplares criollos, ante la algarabía del público local.

Pero, aún, faltaba la frutilla del postre, y esa la iba a poner Storm Mayor, que salió proyectado con una fuerza impresionante luego de pasar entre Sleazy que se abrió a media cancha y el hueco que dejaba el puntero, comenzando una larga atropellada que lo fue catapultando a la gloria, la que consiguió en el mismo filo del disco.