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 domingo, 11 de diciembre de 2005  
Fierros por el ascensor y créditos por la escalera

Los empresarios argentinos se enfrentan ante el desafío de conformarse con trabajar al límite de su capacidad -como hoy ocurre en muchos sectores o crecer en productividad. Sin embargo, aunque la segunda opción parece la más obvia, no se presenta tan sencilla para los hombres de negocios. Sucede que para dar ese paso se necesitan inversiones y esto requiere financiamiento a largo plazo que hoy escasea en la Argentina.

"No se pueden hacer inversiones de cosas caras con plata a corto plazo, esa es la primera ley de la economía", dijo el titular de Irsa, Enrique Pescarmona quien fue gráfico: "Si un empresario quiere comprar una máquina que va a usar durante 20 años y la va a pagar con dinero de corto plazo se está pegando un tiro en la cabeza", acotó.

En la Argentina la mitad de las empresas está trabajando entre el 85% y el 100% de su capacidad instalada, mientras que casi un 30% está en niveles que superan el 70% y llegan al 85%, según una encuesta realizada por la consultora D'Alessio Irol en noviembre entre 273 empresas.

Ante ese escenario muy cercano al cuello de botella en materia de productividad, "dos terceras partes de la industria tiene planes de expansión", según el mismo relevamiento.

La encuesta precisa que tanto las empresas industriales como de servicios analizan inversiones que promedian un 11% sobre sus ventas, las primeras orientadas a la compra de bienes de capital como la incorporación de maquinarias y las segundas a desarrollo tecnológico.

Si se desagrega el destino de las inversiones teniendo en cuenta el grado de utilización de su capacidad instalada, las que están casi al tope optarán por poner dinero en el desarrollo de tecnología, software y sistemas e incorporación de máquinas.

El nivel de inversión sobre el de ventas "es bueno" explicó el analista de la Cepal, Bernardo Kosacoff, aunque estimó que hay que salir sólo del esquema vinculado a las ventas y avanzar sobre "el apalancamiento a través del crédito para el desarrollo de capacidades competitivas".

Justamente ese salto es el que se presenta como más difícil en el actual escenario. "La Argentina necesita crecer mínimo 5%, para hacerlo hay que invertir 25% del PBI en moneda constante, no corriente y aumentar la productividad 2% por año o invertir 30% del PBI y aumentar la productividad 1,5% por año", dijo el economista Ricardo Arriazu, que representa "invertir mucho y bien".

Para Arriazu, "la tasa de ahorro en Argentina es 20% y si vamos a invertir 25% o vienen capitales de afuera - eso significa automáticamente por partida doble un déficit en la cuenta corriente y puede aparecer alguien que diga que hay que devaluar- o hay que aumentar el ahorro", argumentó.

Aunque los empresarios vienen insistiendo con la creación de un banco de inversión similar al Bndes de Brasil, por ahora la iniciativa sólo es un tema de estudio para la actual conducción de la cartera económica.

Por eso, Arriazu consideró que "la única alternativa de corto plazo es aumentar el superávit primario y usar a las AFJP, pero muy por encima del nivel actual".

En los hechos ya hay varias iniciativas de este tipo dando vuelta por el mercado. "Es probable que empiecen a aparecer algunos proyectos financiados por las AFJP el año que viene, hay algunos dando vuelta, que van a ir a la economía real, es decir inversiones en infraestructura", detalló Pescarmona.

S.C.
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