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domingo,
11 de
diciembre de
2005 |
Por qué se vendieron las empresas
Una encuesta de Graciela Romer aportó una explicación a las causas de la desnacionalización
Los industriales buscaron descifrar por qué se venden las empresas argentinas y chocaron con la necesidad de construir un empresariado nacional fuerte. Más aún, descubrieron como debe ser el país en el Bicentenario y concluyeron que la inclusión social tiene que ser un objetivo prioritario para arribar al 2010.
Aunque las reflexiones comenzaron a sonar hace un tiempo, durante la 11º Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) se analizó en profundidad pasado, presente y futuro del sector fabril argentino y surgieron algunas puntas interesantes para continuar trabajando.
Dicen que de las experiencias vividas siempre se aprende, así que para no repetir errores la UIA encargó una encuesta a la consultora de Graciela Romer, quien seleccionó a 40 propietarios de empresas que fueron vendidas y les realizó un minucioso cuestionario.
El estudio señala que el 83% de los empresarios que durante los 90 vendieron sus empresas considera que hoy es un buen momento para desarrollar actividades fabriles y productivas en la Argentina, y cree que Néstor Kirchner es el mejor presidente desde el regreso de la democracia.
Sin embargo, los hombres de negocios sostienen que los mejores momentos de toda la historia argentina para la industria nacional fueron el desarrollismo de la década del 50, cuando gobernó Arturo Fondizi, y la década infame de 1930 a 1943. En cambio, los peores fueron los años 70 y 90, más la experiencia del gobierno de la alianza.
Según la encuesta, un 33% opina que la falta de un modelo a largo plazo es el principal problema del país, mientras que el 22% se inclina por la educación y el 16% por la desocupación. En tanto, el 83% indicó que el industrial argentino arriesga más que lo empresarios de otros países debido al contexto de mayor incertidumbre y por lo tanto mayor riesgo empresario. Además, la mitad de esos empresarios afirmó que le gustaría parecerse al empresario chileno, el 33% al brasileño y el 17% restante al estadounidense.
Respecto a las razones que impulsaron la venta de sus empresas, el 33% responsabilizó a la coyuntura económica, el 25% a la falta de un horizonte claro y otro tanto contestó que fue una buena oportunidad para tomar ganancias. No obstante, el 54% opinó que su empresa después que la vendió se manejó inadecuadamente.
Cuando se les preguntó si actualmente volverían a tomar la misma decisión de vender, el 52% afirmó que no porque existen mejores perspectivas de futuro, por el tipo de cambio, la existencia de una política más pro industria, porque el sector está en crecimiento y hay tasas de interés más bajas.
Los empresarios se muestran cautelosos pero se juegan por que la política-económica del país sostenga el crecimiento del sector y se animan a pensar en la Argentina del 2010. Todo un desafío.
El presidente de Strat Consulting, Carlos Tramutola, estima que la Argentina del Bicentenario podría fijarse como meta no superar un desempleo del 7% y lograr exportaciones por 80 mil millones de dólares.
El analista dijo que la madre de todas las batallas es contra el desempleo. "En desocupación y subocupación estuvimos por arriba del 10% hace 20 años. En desocupación sola estamos arriba del 10% hace 11 años. Cabe preguntarse cómo se forman los chicos que ven a sus padres sin trabajar", señaló.
En ese sentido, consideró que se puede plantear como objetivo para 2010 bajar el desempleo al 7% anual. Para eso hay que crecer en los próximos 5 años al 6% anual, con una elasticidad empleo-PBI de 0,54 puntos porcentuales.
Durante ese lapso la economía argentina debería generar 40 mil empresas y crear 2,2 millones de puestos de trabajo. "Son 450 mil puestos por año, pero tienen que ser empresas competitivas y duraderas, empresas que logren una inserción internacional", precisó Tramutola.
Además, consideró que "podemos aspirar a tener 80 mil millones de dólares de exportaciones si mantenemos el actual ritmo de crecimiento de los envíos al exterior".
Respecto a las exportaciones, Débora Giorgi, directora del Centro de Estudios de Negocaciones Internacionales (Ceni) de la UIA y ex secretaria de Industria de la Nación, remarcó que "el país necesita consolidar el frente externo porque es uno de los responsables de la realidad que atravesamos".
"Estamos frente a una oportunidad imperdible, no solo para consolidar una estabilidad sino para tener crecimiento sustentable y para recuperar la relevancia que el empresariado nacional tiene que tener".
En ese sentido, mencionó que la industria nacional debe apuntar a incluir mayor valor agregado a los productos, crecimiento en el nivel de eficiencia productiva y mayor diversificación de mercados y productos. Además, pensar en una estrategia de exportación integrada.
Durante el encuentro cada uno de los expositores remarcó una y otra vez que "estamos ante una oportunidad histórica que no hay que desaprovechar". Por su parte, el titular de la UIA, Héctor Méndez, destacó "la firme defensa de la industria argentina y de nuestro mercado interno, cuestiones antes desatendidas y que hoy constituyen el eje de la política oficial en materia de negociaciones económicas y comerciales".
P.M.
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