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 domingo, 16 de octubre de 2005  
Regata por el mundo: al rumbo del viento
En un mes partirá la mayor competencia mundial de barcos a vela, un sueño que comenzó hace 30 años

Por primera vez en sus 30 años de historia, la regata por etapas más importante del mundo, la Vuelta al Mundo de Vela-Volvo Ocean Race, abandona Gran Bretaña en su salida. La competición náutica partirá en su edición 2005-2006, el próximo 12 de noviembre, del puerto gallego de Vigo.

La candidatura gallega fue elegida por la organización de este evento, catalogado dentro de los diez mejores del mundo, por su solvencia y las amplias posibilidades que ofrece el litoral de Galicia para la práctica de los deportes náuticos.

Antes de la salida, los barcos participantes realizarán en aguas gallegas entrenamientos para abordar la primera etapa que los llevará hasta Ciudad del Cabo. Para estas pruebas previas se han designado, además de Vigo, los puertos de Coruña, Sanxenxo (Pontevedra) y Baiona (Pontevedra).

La vuelta al mundo de vela se encuentra entre las diez competiciones deportivas de mayor interés y difusión. Las partidas y las regatas costeras, que serán seis, ofrecen la posibilidad de observar desde la costa el despliegue de naves y navegantes.


Sueño de intereses
La Volvo Ocean Race tiene una historia muy larga, aunque su nombre haya cambiado este año, establecido por su patrocinador, la marca sueca de automóviles Volvo. Hasta la edición anterior llevaba el nombre de Whitbread Round the World Race y se disputó por primera vez en 1973.

La idea surgió de un grupo de regatistas que soñaban con realizar una vuelta al mundo en sus embarcaciones de competición. Una idea loca, por aquel entonces, ya que no se contaba con los medios técnicos ni las embarcaciones de ahora. Todos los intentos pretéritos de realizar una regata alrededor del mundo habían acabado en fracaso. Los yates no resistían. Un buen ejemplo de ello fue la Golden Globe Race, una iniciativa del diario londinense "Sunday Times" en la cual participaron ocho embarcaciones. Fue un desastre. Sólo uno de los barcos sobrevivió a las tormentas del Cabo de Hornos.

Otro problema era la logística. Una regata de estas características requería una inversión faraónica, ya que los puertos donde se realizarían las escalas están repartidos por los cinco continentes. Además, el desgaste de la prueba exigía una asistencia técnica notable. Así, el proyecto era poco o nada seductor para las empresas que tradicionalmente financiaban regatas.

Después de recibir muchos portazos en la cara, los organizadores encontraron un esponsor inesperado: la marina británica. Y es que la Navy estaba muy interesada en la navegación transoceánica y vio la celebración de esta regata como un perfecto banco de pruebas para sus nuevos proyectos. De este modo, la marina se ofreció sufragar los gastos, incluso si no conseguían apoyo privado. La ayuda llegó finalmente de una compañía de importación con una larga experiencia en el comercio naviero: la Whitbread PLC. Este gigante empresarial dotó al proyecto de un barniz de respetabilidad además de darle su propio nombre.

La primera edición contó con la participación de 17 yates de varias clases, de los cuales llegaron a meta 14. A pesar de que hubo que lamentar la desaparición de 3 participantes, este experimento fue considerado un éxito. A pesar que a lo largo de su historia se repitieron las muertes, desapariciones y naufragios, eso no mermó el arrojo de los participantes ni la ilusión de los organizadores.

A medida que mejoraron las capacidades técnicas de las embarcaciones, se hizo patente la necesidad de crear embarcaciones específicas para estas travesías.

Pero no fue hasta 1993 que germinó la semilla de tantos años de experiencia: nacía una nueva clase de embarcación, el Whitbread 60 (hoy rebautizado Volvo Ocean 60), más seguro y rápido que sus antecesores. Ya en la pasada edición se estableció esta clase como la única que podía participar en la regata.


Rutas al viento
La regata continúa la tradicional ruta de los viejos Clippers, navegando alrededor del mundo con los vientos predominantes. Una de las novedades de esta edición es el número de llegadas puntuables y paradas para reparaciones establecidas alrededor del mundo, donde la flota podrá aumentar su puntuación de cara al cómputo final.

Este año la organización incluyó dos paradas de reparación: Nueva Zelanda y Nueva York., de 24 a 48 horas de duración. Tras ellas, la flota partirá de nuevo agrupada.

Otro rasgo novedoso será la inclusión de seis regatas costeras con resultados puntuales de cara a la clasificación final. En Galicia se celebrará la primera.

La primera etapa comenzará desde el puerto de Vigo llevando a la flota hacia el sur, a través de un punto puntuable en Fernando de Noronha, en la costa brasileña, hacia Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Ciudad del Cabo ha sido un lugar de paso natural de las anteriores ediciones, un lugar donde se encuentran dos de los mayores océanos

La segunda etapa será el primer test del océano sur, que permite a los navegantes poner a prueba su experiencia y llevar al límite sus barcos. El tramo se considera lo más excitante de la regata oceánica. Para hacerlo aún más atrayente, se ha introducido una llegada puntuable en las islas Kerguelen y otra enfrente a Albany, en la costa occidental de Australia. Esta manga, la más larga de la competición, finaliza en Melbourne, Australia.

La tercera etapa llevará a la flota a Wellington, Nueva Zelanda, para una parada de reparación. Los barcos partirán agrupados desde Nueva Zelanda, comenzando la cuarta manga que los llevará de regreso al océano sur alrededor del Cabo de Hornos, un paso puntuable antes del esfuerzo brutal para alcanzar Río de Janeiro.

El siguiente tramo va directamente a Baltimore, con parada en Fernando de Noronha. La regata parte desde allí a Anapolis y llevará a la flota en una manga corta hasta Nueva York, otro puerto nuevo en la edición 2005-2006.

La séptima etapa partirá para batir el récord transatlántico "Blue Riband". Irá desde el faro Ambrose al Lizard, en la costa de Inglaterra, antes de completar la etapa en Portsmouth.

El tramo siguiente será corto y táctico. Discurrirá por el Canal de la Mancha, alrededor de Irlanda y el norte del Reino Unido para terminar en Rotterdam, Holanda. Finalmente, la flota cubrirá la novena etapa entre Rotterdam y Gšteborgá, Suecia, sede de Volvo .
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La carrera recorre los cinco continentes en un desafío parejo para las naves y sus tripulantes.

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