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 domingo, 16 de octubre de 2005  
A 33 meses del crimen de Marcos Schenone
Llegó la hora del juicio a Conzi
El empresario está acusado de matar a un joven tras perseguir el remís en el que viajaba junto a unos amigos

Buenos Aires.- En los Tribunales de San Isidro comenzará mañana el juicio oral contra el empresario gastronómico Horacio Conzi por el crimen del joven Marcos Schenone, ocurrido en enero de 2003 en la localidad bonaerense de Béccar. El juicio, que según se estima durará hasta un mes, tendrá un capítulo aparte: el debate de peritos psiquiatras y psicólogos que discutirán si el empresario es o no imputable.

Conzi será juzgado por el Tribunal Oral Criminal 4 de San Isidro, presidido por el juez Federico Ecke e integrado por sus pares Osvaldo Rossi y Carlos Vales Garbo, con la asistencia del secretario Pablo Rolón. La acusación estará a cargo de la fiscal de juicio Gabriela Baigún, quien ya se enfrentó judicialmente con Conzi en 1996 cuando el empresario -en aquel momento dueño de una estación de servicios-, mató por primera vez y su víctima fue un asaltante.

En esa causa, Conzi fue sobreseído pese a que la fiscal Baigún apeló la decisión al considerar que el empresario había cometido un homicidio con abuso en la legítima defensa. El dueño del restaurante Dallas (hoy Las Olas), de Martínez, llega al juicio acusado de homicidio simple en concurso real con las cuatro tentativas de homicidio de las personas que viajaban en el mismo remís que la víctima fatal y sobrevivieron al ataque a balazos. También está imputado por la falsificación de las licencias de conducir truchas que poseía cuando fue detenido tras permanecer casi dos meses prófugo y, además, la familia Schenone lo demandó civilmente por 9.500.000 de pesos. Con esta carátula, Conzi podría ser condenado a un máximo de 37 años y medio de cárcel, si se considera el tope indicado por la Ley de Defensa de la Democracia, previo a la reforma que incrementó a 50 años el máximo para la sumatoria de penas.

Sin embargo, la querella de la familia Schenone, a cargo de los abogados José de Estrada y Héctor Mercau, ya anticipó que pedirá en su alegato una condena a reclusión perpetua con la accesoria por tiempo indeterminado al considerar que se trató de un homicidio calificado por alevosía.

Para los dos primeras jornadas fueron convocados a declarar los cuatro sobrevivientes que viajaban junto a Schenone en el remís que fue atacado a balazos por Conzi: Paula Alonso, Gisella Carabeta -ambas serán querellantes-, Gustavo Pacheco y el chofer Rodolfo Fernández. Alonso (que será representada por el abogado Jorge Dymensztein), además de ser la primer testigo del debate será clave porque, según la investigación del fiscal de San Isidro Mario Kohan, no sólo fue quien reconoció a Conzi cuando desde su 4X4 disparó contra el remís, sino que fue el móvil del crimen.

En su requerimiento de elevación a juicio, Kohan dio por probado que la madrugada del 16 de enero de 2003 Conzi efectuó 14 balazos con una pistola 9 milímetros contra un remís en el que viajaban Schenone, Alonso, Carabeta, Pacheco y el chofer Fernández, por un ataque de celos. Para Kohan, que probablemente asistirá en el juicio a la fiscal Baigún, Conzi se alteró cuando dentro de su local Dallas vio a Schenone besándose con Alonso, luego de que él intentara, sin éxito, conquistar a la joven.

Según la instrucción, el empresario ordenó echar de su local a los cuatro jóvenes y luego persiguió con su camioneta, durante unas 40 cuadras por la avenida Libertador el remís Ford Galaxy en el que viajaban y a la altura de Béccar vació un cargador entero de su pistola.

En la causa consta que el primero en incriminar a Conzi, antes de morir, fue el propio Schenone quien a la altura de la catedral de San Isidro advirtió que los perseguía una camioneta y dijo: "Ese es el dueño de Dallas".

Luego de la pelea que los hermanos Hugo y Horacio Conzi tuvieron con el mediático abogado Fernando Burlando -incluso hay un pleito judicial por dinero entre ellos-, los defensores del empresario serán los letrados Gonzalo Díaz Cantón y Ricardo Montemurro. La estrategia de defensa tendrá dos grandes frentes: intentar demoler con nulidades el cúmulo de pruebas de la instrucción y convencer al tribunal de que Conzi es inimputable.

Sobre el primer punto, los defensores sufrieron un duro revés el 25 de junio pasado cuando un segundo peritaje balístico ordenado para el juicio confirmó que una de las pistolas Pietro Beretta calibre 9 milímetros secuestrada en la casa de Conzi fue la empleada en el crimen de Schenone.

Es que a lo largo de los más de dos años de la causa, la defensa, y en especial el hermano mayor del imputado, Hugo Conzi (quien será el último testigo en el debate), insistieron en que se había fraguado la primer pericia balística.

"Horacio le dijo a su hermano que se deshiciera de un arma que no había empleado en el crimen, o se confundió Hugo y le entregó a la policía el arma homicida pensando que estaba limpia", explicó una fuente judicial. Schenone, de 23 años y un deportista profesional de mountain bike, murió de tres balazos que ingresaron por su espalda; Alonso, Carabeta y Fernández resultaron baleados y el único ileso fue Pacheco.

Conzi estuvo prófugo durante 57 días y burló a todas las fuerzas de seguridad del país hasta que el 14 de marzo de 2003 fue detenido con peluca y documento falso en la ciudad de Mar del Plata y desde entonces está detenido en el penal de Campana. (Télam).
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La defensa del empresario tratará de demostrar que Conzi es inimputable.

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