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domingo,
16 de
octubre de
2005 |
Efemérides
Un 16 de octubre...
De 1793: Cae la cabeza de María Antonieta, la última reina de Francia
Acusada de frívola y derrochadora, María Antonieta de Austria nació en el palacio imperial de Viena el 2 de noviembre de 1755. Hija de Francisco I, emperador del Sacro Imperio, y de la emperatriz María Teresa, fue la 15º de dieciséis hermanos, y de ahí que no recibiera una educación muy escrupulosa. El 16 de mayo de 1770, con 14 años de edad, contrajo matrimonio con Luis, delfín de Francia (título que se daba al primogénito del rey francés desde 1349), de 15 años —quien subió al trono en 1774 con el nombre de Luis XVI—, con el fin de consolidar una alianza entre ambos países. No obstante, nunca tuvo mucha estima por su marido, y mucho menos estuvo enamorada de él, al punto de que el matrimonio no se consumó sino siete años después de la boda. La nueva reina, que no contaba con el favor de los franceses por ser extranjera, aumentó su impopularidad por su lealtad a los intereses austríacos y por su extravagancia, a la que se achacaron los problemas financieros del gobierno. Ejerció una fuerte influencia política sobre su marido y, en consecuencia, sobre toda Francia. En 1781 tuvo a su primer hijo varón y a partir de entonces residió en el palacio independiente de Trianón, donde hizo construir un parque, una aldea y hasta su propio teatro. Dejó de recibir en audiencia a la nobleza, acentuando la animadversión de las clases altas hacia su persona. Ignoró la crisis financiera por la que atravesaba el país y, adicta a bailes y fiestas, no tuvo contemplaciones con las masas hambrientas que se concentraban ante el palacio de Versalles, contra las que envió ellas a sus tropas. También despilfarró mucho tiempo y dinero en los juegos de azar y hasta se murmuró que era frecuente que el conde sueco Hans Axel de Fersen le brindara “consuelo”. Cuenta una anécdota que ante la demanda popular de pan respondió con estúpida ironía: “Bueno, si no tienen pan, ¿por qué no comen tortas?”. Con el estallido de la Revolución Francesa en 1780, apoyó al sector monárquico intransigente de la corte que se negaba a llegar a un acuerdo con los revolucionarios moderados y pidió ayuda a su hermano, Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio. Al parecer, deseaba que estallase un conflicto bélico entre Francia y Austria, esperando la derrota de la primera. Los reyes intentaron huir de París pero fueron capturados y hechos prisioneros. La Convención ordenó la ejecución del soberano el 21 de enero de 1793, luego de lo cual ella fue separada de su hijo y enviada ante el Tribunal Revolucionario, el que la acusó de traición y la condenó a muerte. Fue guillotinada en París el 16 de octubre de 1793 enfrentando las burlas de diez mil personas que se agolparon para ver rodar su cabeza.
De 1854: Oscar Wilde
Nace el escritor irlandés Oscar Wilde. Fue autor, entre otras, de las obras “La importancia de llamarse Ernesto”, “El retrato de Dorian Grey” y “El fantasma de Canterville”. Murió el 30 de noviembre de 1900.
De 1984: Rosita Quiroga
Muere a los 83 años de edad la cancionista Rosita Quiroga, un irrepetible prototipo femenino de lo arrabalero. Heredera directa de los primitivos payadores, el suyo es un caso único en la historia de la mujer en el tango. Interpretaba naturalmente, como le salía, y pulsaba la guitarra por tonos, tal como le enseñara Juan de Dios Filiberto, su vecino en el barrio de
La Boca. Comenzó a grabar en 1923 y su primer tango fue “La tipa”, del guitarrista Enrique Maciel y letra de Enrique Pedro Maroni. Por muchos años el poeta Celedonio Flores escribió solamente para ella.
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