Horacio Fumero: "El contrabajo está desprestigiado"

El músico actúa en el Parque España junto al pianista Francisco Lo Vuolo

U. G. Mauro / Escenario

"Hay un instrumentista o cantante que está bajo las luces y tiene una forma de poder sobre el público, y está el contrabajista, que es una especie de poder en las sombras, que ejerce su influencia sobre los músicos", explicó a La Capital Horacio "Isoca" Fumero, el notable contrabajista oriundo de Cañada Rosquín y hoy radicado en Barcelona, que esta noche a las 21.30 se presenta en el teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, Sarmiento y el río, junto al joven pianista santafesino Francisco Lo Vuolo.

"Por razones de producción me resulta imposible reunir a todos los músicos y cantantes con los que toqué en el disco «Isoca», pero como Francisco Lo Vuolo también grabó un disco -"Kuchiku"- hace poco, y vamos a tocar las cosas que hicimos juntos en mi disco y en el suyo", explicó este artista de nivel internacional que fue músico de creadores como el Gato Barbieri o Tete Montoliu, e invitado de otras grandes figuras internacionales del jazz.

"El apodo de «Isoca» me lo pusieron para la misma época en que a Gieco lo empezaron a llamar León, por lo de «el rey de los animales». La isoca es una plaga del campo, un bicho de mierda que morfa mucho, algo que yo también hacía", indicó riendo este músico que partió junto a Gieco desde Cañada Rosquín en ese primer viaje a Buenos Aires con el que iniciaron sus respectivas carreras profesionales.

Pese a una trayectoria inabarcable por la cantidad de grabaciones en las que participó junto a distintas figuras, "Isoca" es el primer disco de Horacio Fumero y fue editado por el sello EMI-Sjazz. En él participan artistas como Horacio Ferrer, Luis Salinas, León Gieco, Adrián Iaies, Pablo Mainetti y músicos internacionales.

"No con los cantantes o con Ferrer pero con cualquiera de los músicos que tocan en Isoca yo podría hacer un concierto completo sin ningún problema... con Luis Salinas o con Adrián Iaies, con quien ya tenemos un dúo. Con Lo Vuolo vamos a tocar temas de nuestros discos y después seguramente vamos a hacer unos estándares y también haremos algunos sólos".

"El contrabajo era un instrumento desprestigiado porque quienes lo tocaban no se calentaban por estudiarlo. Cuando tenía 12 años -recordó el músico-, alguien se equivocó (risas) en El Trébol y trajeron a Piazzolla con su quinteto y ahí tocaba Quicho Díaz y me mató. El me hizo entender que el problema no era el instrumento sino el tipo que lo toca".

Fumero reconoció que "el contrabajo ocupa un lugar oscuro; no sé si vale la comparación, pero es como ver un edificio; todos miramos lo que está a la vista y nadie se pone a mirar los cimientos. Un poco la función del contrabajo es que no se vea", concluyó.

El contrabajista santafesino radicado en España presenta su álbum solista.