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 domingo, 16 de octubre de 2005  
Tendencia. Los espectáculos comerciales florecen en el 2005 rosarino
El público demuestra que quiere disfrutar un año de entretenimiento sin interrupción
Los productores son cautos al hablar de boom pero aseguran que la ciudad vive un fenómeno perdurable

Fernando Toloza / La Capital

¿Existe un boom del espectáculo en Rosario? El público, que no se pierde función, parece confirmarlo. Los productores del espectáculo locales son, sin embargo, cautos al responder. En su mayoría creen que "algo" hay pero señalan que no es una situación independiente del buen momento económico de la ciudad. Algunos sostienen que, en perspectiva histórica, el boom es, antes que un estallido, una recuperación o, al menos, el establecimiento de nuevas pautas para los shows en Rosario. Otros creen que el momento no se puede comparar con otras épocas y auguran, en concordancia con los primeros, una vida extendida al fenómeno, sea o no boom.

Circunscripto el sondeo a los espectáculos comerciales y de grandes salas, la actividad del 2005 se singulariza, hasta el momento, por algunos puntos: funciones completas con público local y de la zona de influencia, y haber evitado la típica caída estacional de julio y agosto; la variedad de propuestas, incluidos los arribos de shows nuevos y de los "tradicionales", y un regreso como el de Joan Manuel Serrat.

El productor Claudio Joison, que este año trajo por primera vez a Rosario al grupo de teatro aéreo De la Guarda, señaló que el año en materia de espectáculos tiene históricamente un movimiento claro, con una época fuerte, una media y otra tibia. Sin embargo, el 2005, según dijo, no cayó hasta el momento en la zona tibia, ubicada en general entre julio y agosto, e incluso septiembre.

Además, indicó que la llegada de De la Guarda fue uno de los cambios en el panorama, que en general se maneja con los shows "clásicos". La renovada buena recepción de los "clásicos" en la ciudad (esa sensación de siempre "los mismos") tiene una razón clara para Joison: "La gente invierte en lo que le gusta. Raramente compra sin saber lo que compra. Como espectador, difícilmente elegís ir a ver algo de lo cual no tenés ninguna referencia. Lo normal es que comprés lo que ya sabés que es, que te produce placer o emoción, o lo que estés buscando. Por eso los clásicos, como Les Luthiers, Pinti, Midachi, Bocca, Fito Páez, siempre tienen convocatoria aunque hagan lo mismo".

La apreciación sobre un 2005 parejo, sin caídas en la zona tibia tirando a fría, fue corroborada por Ulises Herrera, presidente de la Asociación de Amigos del Teatro Broadway, un escenario que jugó, desde su reapertura como sala en 2002, un papel clave en la reactivación del sector. Herrera dijo que Rosario evitó la baja que se registró en los últimos dos meses en Buenos Aires y la mayoría de las ciudades argentinas, pero advirtió sobre los peligros de la euforia. "No todo lo que brilla es oro", deslizó para dar entender que en el año también ha habido shows que no resultaron lo que se esperaba.

La reapertura y consolidación del Broadway dio la pauta de que algo se estaba gestando tras la crisis del 2001. Se trataba de la instalación de la sala con mayor capacidad de la ciudad y de la captación de un público que, en general, no accedía a los espectáculos pagos en un gran teatro.

"Consolidamos un teatro popular. Mucha gente que viene al Broadway nunca había concurrido a una sala teatral. Y lo logramos porque pusimos precios populares, quitando esa idea de que el teatro era algo prohibitivo, y también por la variedad de propuestas, que, por ejemplo, son tan diferentes como pueden serlo Carmen Flores y Yayo. Además de una fuerte apuesta a lo local, como el caso de Juan Pablo Geretto", explicó Herrera.


Casos puntuales y estadios
Para Ricardo Alongi, productor local de la última presentación de Les Luthiers, "si se compara con años anteriores, no hay boom. Artistas que antes hacían, por ejemplo, 20 funciones hoy hacen 5, y entonces no hay un estallido", reflexionó. "Lo que es cierto es que hay una mayor apertura de la gente, que está dispuesta a gastar en un espectáculo. Y también es cierto que en casos puntuales sí hubo algunos shows sorprendentes que llevaron más gente de la que se esperaba. Pero fueron casos puntuales", dijo y mencionó "Una noche en Carlos Paz", con Diego Capusotto y Fabio Alberti, que convocó en sus distintas funciones 10 mil espectadores.

Para Gustavo Granato, productor de rock que organizó las últimas presentaciones locales de Divididos y Las Pelotas, "hay un buen momento" pero cree "que se ha llegado a un techo. Nos mantenemos en el promedio del último año". La observación apunta, entre otros aspectos, a la falta de espacios para los grandes shows de música y la realidad de que los espectáculos para estadio parecen hoy muy lejos de Rosario.

Con la excepción de Diego Torres en la cancha de Rosario Central, en 2005 no hubo espectáculos en estadios de fútbol. Los productores coincidieron en que es difícil programar tales shows por sus costos intrínsecos, por los impuestos locales y porque sólo una de las canchas rosarinas se alquila para tales eventos.

En ese sentido, afloró un deseo rosarino: la mayoría de los consultados expresó su admiración por el estadio Orfeo de Córdoba, un escenario con capacidad para siete mil espectadores que fue creado especialmente para espectáculos, que pueden ir desde un recital hasta un torneo de tenis.

Pero como no hay nada perfecto, Alongi indicó que si bien Córdoba cuenta con el envidiado Orfeo, es notoria su escasez en salas de teatro como las rosarinas. El productor aseguró que si Rosario tuviese la autopista a Córdoba, sería notable la asistencia de cordobeses que llegarían a Rosario para ver teatro.

Entre números "clásicos", la llegada de un grupo que recorrió el mundo como De la Guarda, un Central con Diego Torres, producciones locales exitosas como las 104 funciones de "Solo como una perra" en la sala con mayor capacidad de la ciudad, sin mencionar el circuito de espectáculos en salas no comerciales (Parque de España y La Comedia), los bares y los espacios del teatro autóctono, el mapa del espectáculo en Rosario muestra que la variedad y la razonable respuesta de público es, quizás, el fundamento de un boom, que busca ubicar a Rosario como alternativa, aunque a veces filial, de Buenos Aires y abrir, lentamente, un camino propio.

El regreso de Serrat a Rosario parece un emblema del buen momento. Es cierto que para menos público que en otras épocas, pero un público que agotó en forma veloz las entradas.

Los teatros ya tienen comprometidas muchas fechas para el año próximo. Y el Ente Turístico Rosario comenzó, según su titular Juan Nyffenegger, a pensar en la posibilidad de hacer una presentación del año del espectáculo en Rosario. "Como hace Mar del Plata cada temporada, pero en el caso de Rosario con mucho más, porque tenemos todo el año con una actividad sostenida", dijo el funcionario, aclarando que es algo embrionario, pero que apuntala, por otros caminos, la idea de que en Rosario el show debe seguir, ya que el gran fenómeno se produce con los shows que llegan a Rosario y, por ahora, con apenas un puñado de creadores de la ciudad.
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De la Guarda. La compañía de teatro aéreo se presentó en Newell's.

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