La metamorfosis de Ciencias Económicas

Un trabajo interdisciplinario le cambió el perfil al semillero de economistas, contadores y administradores

Victoria Arrabal

El cambio de perfil de los egresados, la excesiva duración de los estudios, la poca articulación entre contenidos teóricos y prácticos, la heterogénea formación de ingresantes y el gran porcentaje de abandono, motivaron una modificación de las carreras de los futuros contadores, economistas y administradores. Así, la Facultad de Ciencias Económicas llevó a cabo un proceso de reforma curricular en el que no sólo intervinieron docentes, investigadores y funcionarios de esa casa de estudios, sino también el Consejo profesional de Ciencias Económicas de la provincia de Santa Fe y el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Rosario. Entre todos elaboraron un informe acerca del perfil del profesional requerido por la sociedad, fruto de una encuesta realizada entre pequeñas y grandes empresas, organismos públicos y estudios contables, entre otros.

Las empresas y organismos demostraron un alto grado de satisfacción sobre el trabajo de los egresados de esta Facultad. Un 92 % de los consultados le otorgaron un puntaje entre 6 y 10, aunque señalaron la necesidad de ajustar algunas cuestiones de la formación.

También indicaron que el alto porcentaje de estudiantes de la universidad pública que además trabajan redunda en que cuando egresan están en mejores condiciones de insertarse laboralmente en las empresas, aunque la carrera les lleve más tiempo que a los que no trabajan.

En general, los sectores indagados consideraron buena la formación académica pero señalaron la necesidad de enfatizar más las cuestiones prácticas y el manejo en campos específicos. Propusieron la inclusión de más prácticas profesionales, pasantías y vinculación con la realidad, a partir, por ejemplo, de la incorporación de estudios de casos.

Los egresados muchas veces no son flexibles para trabajar interdisciplinariamente, son reglamentaristas y poco afectos al estudio de alternativas ligadas al contexto de las empresas donde trabajan.

A esta investigación se sumó el profesor Tua Pereda, especialista del área de teoría contable, quien señaló las transformaciones que el conocimiento de la contabilidad experimentó en los últimos años y enfatizó la necesidad de que el profesional de esta disciplina cuente con una formación que exceda los marcos de la contabilidad y desarrolle las competencias para resolver problemas.

Asimismo, desde la facultad se observaba que la duración real de las carreras era larga, con un promedio de entre siete y ocho años y que la proporción de los ingresantes que se graduaba era baja, ya que sólo el 10% de los que comenzaban primer año obtenían el título. Si bien Ciencias Económicas tiene el más alto ingreso de las facultades pertenecientes a la UNR, con alrededor de 3.000 alumnos (de los cuales casi el 40 % corresponde a estudiantes del interior y de otras provincias), este número se veía drásticamente reducido en el comienzo del segundo año.

"Antes se recibían alumnos con una formación comercial, perito mercantil y a partir de la reforma educativa de los 90, con los polimodales, se modifica bastante el perfil del ingresante y ya no se puede dar por sentado que traigan determinados conocimientos. También hay un cambio en el egresado porque ya no es la profesión liberal en la que sale y se instala su estudio contable, sino que hay mucho más trabajo en relación de dependencia", dijo la secretaria académica de la Facultad, Lorena Carbajal. Estos indicadores se tuvieron en cuenta para modificar los planes de estudio que arrancaron en 2003.


Los nuevos planes
En este proceso se creó un ciclo introductorio de un año de duración, común a las carreras de contador público, licenciatura en administración y licenciatura en economía, con el objetivo de facilitar el proceso de adaptación a la vida universitaria y permitir una elección más madura e informada de las carreras.

También se reestructuraron los planes poniendo énfasis en una mayor flexibilización curricular, ampliando el número de materias optativas y electivas, que pongan en juego las preferencias en la especialización de los alumnos.