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domingo,
16 de
octubre de
2005 |
Mercados
La economía mundial al ritmo de un péndulo
Salvador Di Stéfano
La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) se debate ante dos escenarios futuros diametralmente opuestos. Por un lado, desea subir los tipos de interés para prevenir la inflación elevada, sin embargo, parecería que la suba de los precios está solamente ligada al aumento de la energía, ya que si detrae el aumento de combustibles la suba de precios es menor al 2% anual. Por otro lado, si el gobierno sube los tipos de interés el consumidor americano verá incrementar sus deudas y los pagos de las cuotas de sus créditos y esto afectará el consumo y por ende, la actividad económica.
De lo hasta aquí expuesto se desprenden dos escenarios. El primero esta ligado a una suba de los tipos de interés a niveles superiores al 4,5% anual. Esto estaría vinculado a una suba sistemática de la tasa de corto plazo para los meses de noviembre, diciembre y enero próximo colocándola en el 4,5% anual para el corto plazo y en niveles del 5,5% anual para el plazo de 10 años.
Si esto ocurriera, los mercados desarrollados y en especial Estados Unidos se convertirían en una aspiradora de fondos y adiós a la suba en los mercados emergentes.
El resto de los mercados desarrollados no se quedarían atrás y también incrementarían los tipos de interés. Así como en los primeros años de la actual década observamos un crecimiento económico a escala mundial sostenido y apuntalado por la baja de tasas de interés, ahora pasaríamos a un escenario de suba de tasas y consecuentemente desaceleración económica.
Esto último traería como correlato una menor demanda a escala mundial y los productos primarios no quedarían al margen, con lo cual la baja generalizada en los precios impactaría negativamente en los países cuya economía depende de la exportación de estos productos.
Así, Argentina estaría flanqueada por dos grandes problemas, por un lado la suba de tasas y la menor liquidez internacional y por otro lado, la baja en el precio de los productos primarios que exporta y consecuentemente menos ingresos de dólares y recursos fiscales. Como se nota así como crecimos fuertemente ante la baja de tasas e incremento en el precio de la soja, ahora podríamos estar transitando el camino inverso.
El escenario hasta ahora descripto no sería el más apropiado para la Argentina y tampoco para los países desarrollados.
El segundo escenario
El segundo escenario que hay por delante, sería la posibilidad de que la Reserva Federal suba los tipos de interés de corto plazo hasta niveles del 4% o 4,25% anual, para a partir de allí, mantenerlos y apuntalar la recuperación de la economía americana, que en buena medida terminaría haciendo lo propio con la economía internacional.
Así, pasaríamos a un nivel de liquidez ajustado y a una moderada baja en el precio de los productos primarios, pero nada que tire por la borda el camino hasta ahora recorrido.
En este contexto, el mercado de capitales argentino podría seguir creciendo ya que los rendimientos a largo plazo en los mercados desarrollados serían amarretes frente a las probables utilidades que se podrían seguir obteniendo en los mercados emergentes.
Estos dos escenarios son los determinantes del futuro del mercado, lo que haremos ahora es un pronóstico de lo que podría acontecer en el mercado local si se cumple el segundo escenario para no dejar un sabor amargo a los lectores de esta columna.
Si los rendimientos internacionales siguen bajos lo que hemos observado en los últimos días es una corrección en el mercado de bonos y acciones en el marco de una tendencia alcista mayor. El dólar trepa fuertemente, pero más de la mano del Banco Central que de especuladores que busquen torcerle el brazo al ente rector. Las reservas suman más de 26.000 millones de dólares y si a Redrado (Martín, presidente del BCRA) se le caen algunos dólares la paridad desciende a niveles por debajo de 2,90. La tasa de interés seguirá en niveles bajos por ende todos los caminos conducen hacia los bonos que ajustan por inflación.
Por ejemplo, el bono con descuento en pesos ajustado por inflación que llegó a estar en $132 hoy cotiza en $120 y este es un precio muy atractivo si se tiene presente que el dólar no se ubicará mucho más allá del rango 3/3,05 y que la inflación futuro será tan alta como la de septiembre pasado. Por ende mucho para ganar y poco para arriesgar en un instrumento de este tipo.
El índice Merval ajustó fuertemente y para volver a mostrar una tendencia alcista deberá en primer lugar realizar un recorrido lateral con ajuste de volumen a la baja, para luego romper a la suba la barrera de los 1.660 puntos. A la baja aún tiene un soporte muy fuerte en la zona de 1.490-1.530 puntos. Por otra parte, el vencimiento de futuros y opciones del viernes se pasará sin problemas y ayudará a depurar al mercado que venia vendido.
Es momento de esperar y mirar, recordemos que la Bolsa siempre nos da una segunda oportunidad. Por las dudas, si la volatilidad sigue alta y el mercado cae por debajo de 1.490 puntos no dudar y abandonar el barco. Pero si supera a la suba los 1.660 puntos apuéstele una fichita porque esto quiere decir que la pálida se acabó y el mercado va por más.
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