En Foco. Nueva ley de inversiones

El gobierno provincial estudia una modificación en la ley de promoción de inversiones santafesinas, que incluiría entre los beneficios a otorgar a las empresas que desarrollen proyectos en la provincia, ítems hasta ahora inexistentes como subsidios a la mano de obra.

Aunque el análisis de estos cambios se viene haciendo desde hace un tiempo, la aceleración del proceso es inescindible de dos episodios recientes: la decisión de Intel de radicarse en Córdoba y el proyectado desembolso de la automotriz General Motors para levantar una nueva plataforma de producción en la planta de Alvear.

El primer caso puso en evidencia, entre otras cosas, el resultado de la agresiva política del gobierno cordobés para atraer inversiones, basada precisamente en poner en juego no sólo exenciones fiscales sino costosos subsidios que van desde terrenos hasta mano de obra. El segundo forma parte de un nuevo capítulo de los beneficios que se otorgaron a GM para que se instalara en Santa Fe a mediados de los 90.

Los dos casos ponen en debate un tema común, como es el de la disposición del Estado a pagar por la radicación de inversiones, poniendo en la balanza los beneficios y los límites de esa estrategia. Una discusión que no admite prejuicios, ya que promover la inversión es tan importante en la medida que permita apalancar la expansión de sectores productivos estratégicos para la economía, como nocivo en la medida que se transforme en un mercado persa de exenciones y subsidios que, en definitiva, atraiga sólo a los inversores menos dispuestos a arriesgar capital propio.

No es lo mismo hacer un esfuerzo fiscal para desarrollar un cluster industrial que antes no existía, asistir a emprendedores que no encuentran financiamiento o contribuir a estabilizar actividades que sufren grandes oscilaciones en sus ciclos (como algunos rubros del agro), que sumarse a una guerra de incentivos planteada por una provincia que se supone que es socia en el proceso de integración.

El último informe de la Subsecretaría de Inversiones de Santa Fe relevó más de 130 proyectos de inversión por $2.360 millones en los primeros nueve meses del año. Más allá de las cifras, que demuestran una buena performance de la provincia en este aspecto, la mayor importancia de este seguimiento está en la información que brinda para ajustar las estrategias de promoción. Por ejemplo, la dispersión sectorial y geográfica de los proyectos, cómo respondieron los distintos incentivos, si las inversiones se concentran en pymes y grandes empresas y cómo se replican en toda la cadena.

Las compañías reclaman insistentemente incentivos fiscales como condición sine qua non para invertir. Está en los gobiernos responder en base a una política productiva de largo plazo o correr detrás de cualquier proyecto. Un tema no menor cuando el proyecto de presupuesto 2006 contempla 500 millones de pesos para asistencia a la producción.