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domingo,
07 de
agosto de
2005 |
En sólo un año el pasaje Pam se consolidó como espacio cultural
El proyecto "Cultura pasajera" posicionó a la galería. Una nueva muestra y agenda completa hasta fin de año
Clarisa Ercolano / La Capital
Una galería, un pasaje que si no se lo traspone se confunde entre los tantos paseos comerciales que se amontonan en la peatonal Córdoba. Sólo después de ingresar y toparse a la entrada con un animal simbólico con cola de cascabeles y cuerpo a rayas de Dante Taparelli el caminante puede darse cuenta de que está ingresando al espacio que durante un año ya convocó a artistas como Nigro, Machado y Comba y hoy tiene agenda completa de exposiciones hasta fin de año. "Cultura pasajera" es el nombre que lleva hoy este proyecto único en la ciudad que convoca a artistas locales y de todo el país para formar parte de este movimiento de espacios de arte, música en vivo, diseño, publicaciones alternativas y muestras temporales abiertas a todo público.
Agosto arrancó con todo y además de la muestra de Taparelli, también exponen David Nahon, Jole Ferraro y Benito Laren; invadiendo hasta el túnel de la galería, donde se exponen novedosas propuestas. Si bien el proyecto empezó el año pasado, Flor Balestra, mentora de esta iniciativa, dice que este año está "más organizado" y advierte: "Tomamos tantos espacios que hasta vamos a aprovechar los baños, porque los locales se están terminando".
Viernes, ocho y media de la noche. La gente puebla paulatinamente el espacio mientras en su oficina, el empleado de una agencia de vuelos internacionales permanece ajeno al movimiento con los ojos fijos en su computadora. La primera propuesta con la que se topa la gente al ingresar es la de Libros Inquietantes, un local donde los textos de diseño, arte y fotografía se multiplican: Terrorismo gráfico, una de las tapas del libro que semeja ser carne picada es uno de los más curioseados por los visitantes. Los cuchillos y tenedores vestidos con camisetas de Rosario Central también llaman la atención de los simpatizantes del club de Arroyito. En ese mismo espacio, en un sector dividido, se encuentra la sede de Mida (Mercado inexistente del arte), donde los objetos de goma espuma de Mauro Guzmán conviven con las intervenciones fotográficas de Luján Castellani en un desarmadero y los dibujos de Chachi Verona.
Al lado, una marquería abandona el aspecto contemporáneo y vuelve a las raíces con pinturas en telas cargadas de simbología folclórica y marcos para cuadros de todos los gustos.
El patio central es de Benito Laren; sin dudas, sus clásicas vitrinas donde se pueden ver envases y cajas invadidas por el color y las formas coexisten con sus objetos que ensamblan monedas y otros adminículos que llaman la atención por su luminosidad y colorido. "Venus laren, la tierra imprometida" es el nombre que engloba a la singular obra.
Mientras la música no deja de sonar -en esta muestra hasta hay un disc jockey- cada vez hay más gente. También desde el patio se puede acceder al local de "Objetos irresistibles" de Flor Balestra.
Más allá del bullicio del primer piso, en el subsuelo la muestra "Fina estampa" de Pablo Grassoy coordinada por Luis Vignoli ofrece un remanso para mirar las fotos capturadas en Sao Paulo que describen el urbanismo de la ciudad a través de imágenes de afiches, graffitis, cables y luces que invaden los horizontes de la ciudad carioca.
Escaleras arriba, David Nahon reviste las paredes con sus "Pinturas en el pasaje", ofreciendo figuras cotidianas como mesas y sillas y objetos mobiliarios que se destacan por su contraste y colorido altamente llamativo. El balance de estos cinco meses es positivo para Balestra, que define al pasaje como un lugar "amigable, para reunirse". Y respecto del título "Cultura pasajera" señala que "hay un juego de palabras, pasajero porque estamos en un pasaje y porque el arte pasa, no se instaura en un lugar".
Resurgir el mercado del arte en la ciudad es uno de los objetivos de esta movida. "Alguien gasta 400 pesos en una campera y no en una obra", dice la coordinadora, y enseguida agrega que "el espacio es abierto, no tan duro como una galería o un museo, esto no es solemne porque si no se pone mucha distancia entre el arte y la gente, que de otra manera, nunca vendría a estos lugares".
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Fotos
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La obra de Taparelli asombra en medio del pasaje.
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