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 domingo, 07 de agosto de 2005  
Nicolás Rosa evoca recuerdos recientes
Intelectuales preparan un homenaje "entre amigos" para Juan José Saer
Será el 22 de agosto. Prieto, Ielpi y Retamoso, entre otros, participarán del encuentro para recordar al gran escritor

A poco más de dos meses de su muerte, el 22 de agosto próximo el escritor santafesino Juan José Saer recibirá un homenaje muy especial en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. "Esto no va a ser un acto académico, que algún día llegará, sino el homenaje de un grupo de amigos", dice el crítico literario Nicolás Rosa, uno de los mentores de la idea. Aparte de él, integrarán el panel para recordar a Juani -como todos lo llaman- intelectuales que compartieron alguna época con Saer: Adolfo Prieto, María Teresa Gramuglio, Graciela Cariello, Roberto Retamoso y Rafael Ielpi. Lo harán evocando anécdotas, peleas, reencuentros, ciertos perfiles de la compleja personalidad de su amigo y la dureza con que su muerte los golpeó el 11 de junio pasado. Ese día llegó con Saer todavía escribiendo su ahora última novela, "La grande", que en breve será publicada como póstuma y de la que llevaba ya 570 páginas llenas.

En diálogo con La Capital, Rosa no puede eludir los recuerdos más recientes que son, a la vez, los más tristes. En su último viaje a París, en enero y febrero pasados, el crítico se encontró todos los jueves con Saer. "Nos veíamos los jueves porque después él se hacía la quimio y quedaba un poco cansado", evoca. Sin embargo, sus imágenes pintan a un Juani vital. "Entero, empilchado, impecable. Por eso, después me golpeó tanto su muerte", dice Rosa.

Según su relato, la muerte sorprendió incluso al propio Saer, quien no se cansaba de anunciarle que en septiembre volvería a la Argentina para presentar su próxima novela. "Voy a estar bien porque así me lo dicen mis médicos, y son los mejores médicos", cita Rosa a su amigo, para mostrar cuánto confiaba en curarse.

Pero la partida de Saer no se roba más la charla y enseguida surgen las épocas en que el escritor venía semanalmente a Rosario y se encontraba con sus amigos. Rosa menciona, además de Gramuglio y su marido, el pintor Juan Pablo Renzi, a otra entrañable figura de Rosario, el poeta Aldo Oliva. Sobre cada uno de ellos traza una pincelada para sugerir la cuerda que los unió. Y no deja de reseñar la "compleja", pero entrañable, personalidad de Saer.

Cuenta, por ejemplo, que era muy desprendido. "Como siempre andaba con poco dinero, había conseguido una especie de subsidio de la Biblioteca Vigil, que iba a presentar sus libros y por entonces tenía al frente a Rubén Naranjo. La cosa es que con ese dinero Juani se quedó seis días en Rosario, paró en un hotel, nos invitó a comer hasta langostinos y cuando se fue se había vuelto a quedar sin nada".


Complejo y a la vez sencillo
Rosa también evoca aspectos paradójicos del carácter de su amigo. "Era altamente complejo en su personalidad, pero a la vez muy sencillo en sus contactos humanos: te quería o no te quería, incluso más allá de que hubiera ciertas rispideces ideológicas", dice.

Quizás por ello, confiesa que todos los amigos "se pelearon alguna vez" con él: "Tenías que pelearte, pero todos también volvimos a amigarnos y ya en un plano más profundo".

Y aunque Rosa aclara una y otra vez que el acto del 22 de agosto será un "homenaje de amigos", la obra de Saer no logra quedar fuera de la charla. Dice, por ejemplo, que "El entenado" es su novela preferida y rescata que Saer nunca olvidó su lugar de origen, pese a haber vivido casi 40 años en París. "Toda su obra está vinculada, como la de Faulkner, con su lugar. Lo que es interesante, porque siendo Colastiné una localidad muy específica, que sus lectores europeos nunca conocerán, logró darle una proyección universal", recuerda Rosa.

Aun así, esa no es la única razón por la que Rosa califica a Saer como "el narrador más importante de Argentina y quizá de gran parte de Latinoamérica", una perspectiva que, aclara, no es de su exclusividad, sino que comparten otros grandes críticos literarios. "Su obra es altamente compleja, tanto como, en última instancia, su proyecto de narratividad. Por eso es difícil pensar que tenga una enorme cantidad de lectores", dice.

La cita para hablar, o escuchar hablar, sobre Saer será el lunes 22 de agosto, a las 18.30, en la Facultad de Humanidades y Artes (Entre Ríos al 700).
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Nicolás Rosa, uno de los mentores del homenaje.

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