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domingo,
17 de
julio de
2005 |
Copa Davis: Argentina en semifinales
El batacazo tan esperado llegó. Argentina se instaló en semifinales de Copa Davis. Y lo hizo con altura. Porque después del puntazo logrado en el dobles (ver página 11), David Nalbandian selló el pasaporte a la próxima instancia aplastando a un Lleyton Hewitt que sólo en una oportunidad se sintió con fuerzas para gritar su polémico come on. El resto fue todo del cordobés, quien se impuso con una notable autoridad en sets corridos por 6/2, 6/4 y 6/4.
Ahora será el turno de Holanda o Eslovaquia (definen hoy), del 23 al 25 de septiembre. Pero para eso habrá tiempo. Es la hora de disfrutar de la proeza del equipo del Luli Mancini. De creer que las chances de quedarse con la Ensaladera de Plata no es una utopía.
El envión que traía Nalbandian lo extendió hasta el choque de anoche con Hewitt. El cordobés entró muy enchufado y se lo hizo notar a su rival ya en el tercer juego del partido, cuando quebró el saque del australiano, lo mismo que ocurrió dos games después para ponerse 4/1 y marcar definitivamente el rumbo de ese primer set, que llegó producto de la efectividad en los saques, la solvencia desde el fondo y las ganas de acabar rápidamente la historia con un claro 6/2.
La calma era el mejor aliada de Nalbandian a esa altura del partido. Por eso siguió manejándose con firmeza. El quiebre en el tercer game profundizó aún más el malestar del australiano, que no podía encontrar la llave para vulnerar la potencia del cordobés.
El servicio de Hewitt no era garantía de nada y el unquillense lo sabía. La prueba estuvo en el cuarto juego, cuando otra vez David hizo tambalear la estructura de su rival. Otra vez 4/1 de cara a un cierre de set tranquilo.
De nada le sirvió a Hewitt quebrar el saque de Nalbandian en el séptimo juego. Porque Nalbandian siguió metido, haciendo sentir que estaba en un día de aquellos.
Los nervios sólo afloraron cuando el árbitro pateó para Australia en una pelota de Nalbandian (tuvo dos match point) que dio en la línea y que hubiera significado un nuevo quiebre y la posibilidad de sacar para partido.
Pero eso no importó porque el desenlace fue el esperado. Se trató ni más ni menos que del desenlace de la alegría interminable. Del batacazo echo realidad. Del pasaporte a semifinales como un hecho consumado. De otro día inolvidable para el tenis argentino.
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Fotos
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Nalbandian ya consiguió la victoria que le dio el pasaporte a la Argentina.
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