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 domingo, 17 de julio de 2005  
En el núcleo canalla hay buena onda

Mauricio Tallone / La Capital

El acuartelamiento del plantel de Central en La Cumbre permite entibiar los lazos afectivos y el espíritu solidario del grupo. Se nota que los jugadores y el cuerpo técnico practican una solidaridad verdadera. Al menos, en el terreno de las apariencias. No venden una sonrisa al exterior como símbolo de una unión inexistente. Hay señales inequívocas de que el buen humor que se aprecia afuera es lo que se respira adentro.

Se observa que el cuerpo técnico ya encontró el punto de equilibrio para llevar adelante una armoniosa convivencia entre un perfil silencioso a la hora de trabajar, y el esparcimiento y las bromas en los pocos ratos que gozan de descanso. Es tanta la tranquilidad que reina en la intimidad del plantel, que casi no hay espacio para las discusiones y las peleas.

"Para que la convivencia sea la ideal nos ayuda mucho que este plantel es muy joven. La mayoría son jugadores surgidos en el club y se conocen hace mucho tiempo. Salvo Medina, que recién se incorporó, Raldes, Villa y cuando estaba Monges, los demás son salidos de las inferiores. Si la situación fuera diferente, entonces sí sería más complicado mantener la armonía del grupo. Porque cuando no tenés gente con experiencia y que conocen a la institución, como ocurre con Ferrari, Rivarola, Papa, Chamot y Castellano, tenés que buscarlos afuera. Y ahí pueden aparecer problemas en la convivencia", confesó Vigna.

El único momento en que las miradas se tensaron más de la cuenta fue la noche en que la delegación arribó a La Cumbre. El accidentado viaje activó el resorte de un fastidio entendible. Es que cualquier mortal se hubiera molestado si el micro que lo trasladaba hasta un lugar, al que supuestamente debía llegar en siete horas, tardó más de doce porque el transporte sufrió una sumatoria de desperfectos mecánicos.

Ni hablar cuando otro ómnibus demoró más de una hora en pasar a buscar al plantel para ir a practicar. Como estos contratiempos modificaron la rutina de trabajo, el cuerpo técnico no dudó en pedirle a los dirigentes que rompieran el vínculo con la empresa de transporte. Hoy la delegación se maneja a todos lados en tres combis contratadas.

El clima balsámico es la vedette que dominó estos cinco días de estadía. Y en esto mucho tuvieron que ver los integrantes del cuerpo técnico. Cuffaro Russo aprovecha al máximo el tiempo para exprimirle el jugo de la confianza a cada uno de los jugadores.

Por eso, cuando finaliza cada entrenamiento, agarra del hombro a un jugador determinado y le busca la charla. El entrenador sabe que la primera semilla que debe sembrar para que su proyecto prospere es la de la sinceridad. Ya no tiene el aura protectora de Angel Zof y cualquier mecha de alerta que prenda en la vida interior del plantel, podría generar un foco de conflicto poco recomendable en sus primeros días al frente del equipo.

El costado docente de Cuffaro también sumó algunos labrillos a la construcción del mensaje. Junto a su ladero Pipo Falaschi y a la experiencia de Horacio Vigna, bajaron una línea de austeridad, entrega y respeto. Quieren hacer del plantel una gran familia. Una masa granítica que sea la plataforma de lanzamiento hacia la caza de los objetivos trazados: el Apertura y la Copa Sudamericana, con el incentivo extra que significa jugar la primera eliminatoria nada menos que ante Newell's.

"Nuestra obligación, además de poner a punto al equipo para el semestre que nos espera, es mantener la armonía del grupo. Acá todos se tienen que sentir cómodos. Es la única manera que existe para alcanzar las metas. Por eso me molestó la actitud que tomó Monges de no avisarnos ni siquiera por qué no se sumó a la pretemporada", explicó Vigna.

Además, el cuerpo técnico instaló la filosofía del paso a paso. Porque hasta ahora, Cuffaro, Vigna y Falaschi supieron mantener el mapa grupal sin necesidad de echar mano a una dosis de tolerancia en algunas acciones.

Los jugadores captaron rápido las directivas recibidas y predican con el ejemplo. Sólo fomentaron el desarrollo de la individualidad cuando cumplen con los trabajos. De ahí que la tan mentada fórmula cuerpo técnico-jugadores, hasta ahora, tiene un ensamble perfecto en estos días de reclutamiento serrano.
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Hay una verdadera unión entre cuerpo técnico y jugadores.

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