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domingo,
10 de
julio de
2005 |
El infierno de
los familiares
Londres. - Laura Webb, de 29 años, se despidió el jueves de su novio como todos los días. "Nos vemos esta noche", le gritó la secretaria antes de irse al trabajo, en el centro de Londres. Laura no volvió. Desde entonces, su novio, Chris, y su hermano David la buscan en los hospitales.
"Estamos pasando un infierno, pero la esperanza nos permite seguir adelante", dijo David a la prensa, de la que espera que pueda ayudarle a encontrar a Laura. Dos días después de las cuatro terribles explosiones en las que murieron decenas de personas y cientos resultaron heridas, el destino de un número de personas difícil de estimar es incierto.
Se llaman Phil Beer, Miriam Hyman o Rachel Yuen. Este fin de semana uno encuentra en los diarios fotos con caras jóvenes de personas desaparecidas.
Los ojos de Yvonne Nash están rojos de tanto llorar. Su novio, Jamie Gordon, la llamó poco antes de la explosión del ómnibus. Desde entonces no sabe nada de él. "La incertidumbre es terrible".
Steven Desborough, de 28 años, sobrevivió al atentado en Aldgate. Un médico le pidió que cuidase de una mujer joven herida. Murió en sus brazos. Ahora Steven busca a los familiares de la joven. "Quiero que su familia sepa que no estuvo sola y que hubo gente que estuvo ahí para ella cuando murió".
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