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 miércoles, 29 de junio de 2005  
Vóley: Kantor pide paciencia para el nuevo proceso de la selección

Cuando se habla de la Generación del 82, Waldo Kantor ocupa un sitio privilegiado. El armador de aquella selección de vóley, medalla de bronce en el Mundial de Argentina 1982 y en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, tiene un extensa trayectoria y atesora momentos inolvidables. El entrenador de Swiss Medical Monteros, campeón de la última Liga Argentina, es palabra autorizada para hablar del representativo nacional, donde además de jugar fue ayudante técnico de Carlos Getzelevich, y ante todo pide paciencia para este nuevo proceso con muchos jóvenes sin experiencia.

"A la selección no hay que llenarla de ansiedad ni de ninguna pretensión desmedida por el resultado. Se necesita probar jugadores y darle cabida a los jóvenes que van a jugar el Mundial 2006 y la clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008", señala el ex armador de Ferro y varios clubes europeos.

Considera fundamental que los jugadores tengan "mucho volumen de juego. Existen diferentes aspectos, jugadas y movimientos que se tienen que grabar. Los jóvenes son como esponjas, reciben e incorporan con naturalidad. Y no se puede perder tiempo".

La preocupación de Kantor sobre las urgencias del vóley obedecen a que "los dos años de suspensión (la selección no intervino en torneos por una sanción de la Federación Internacional) dolieron mucho. Fue justo después del Mundial de Argentina donde habían empezado a aparecer algunos chicos que a partir de ese momento necesitaban mucha competencia y no la tuvieron. Por este motivo me refiero a que no podemos esperar resultados inmediatos. Los jugadores deberán trabajar mucho y aprovechar lo que vivió la generación anterior, la de Elgueta, Maly, Conte y Webber".

No abunda en detalles cuando se le pide una opinión del entrenador de la selección, Fabián Armoa, pero es consciente de que todos deben respaldarlo para el bien del deporte. "Sería reductivo decir dos cosas sobre Fabián. Lo que sí puedo señalar es que hay que dejarlo que trabaje, acompañarlo, pensar que el vóley es uno sólo y no estar esperando con los dientes apretados que le vaya mal", manifiesta.

Al recordar su paso por la selección siendo asistente técnico, sostiene que "jugar un semifinal olímpica (Sydney 2000) o participar en el Mundial de Argentina (2002) fueron hechos trascendentes. Toda esa experiencia significó casi mi formación como técnico".

No siente nostalgia de su etapa de jugador y cuenta que en ocasiones, cuando alguno de los armadores de Monteros estaba lesionado, se sumaba a los entrenamientos a levantar y "lo hacía con ganas", aunque ya no juega al vóley, ni siquiera con los amigos. "Sólo al fútbol", aclara. Lo único que extraña "son las prácticas, siempre me gustó mucho entrenar".

A partir de la unión de la empresa Swiss Medical con el club Monteros de Tucumán, una de las tantas fusiones de los clubes que intervienen en la Liga Argentina de Vóleibol, Kantor encabezó un proyecto que alcanzó un segundo puesto en la temporada 2003-2004 y el título en la 2004-2005. El técnico es un convencido de que "los clubes y las empresas deben convivir, así el crecimiento de la liga es posible".

"Todavía existe mucho recelo de expandir demasiado la liga hacia las empresas, por temor a que el gerenciamiento fagocite a los clubes o estos desaparezcan. Pero las instituciones pueden preservarse si existen reglas claras. Es complicado generar solamente desde los clubes una liga de alto nivel y profesional sin esta clase de apoyo económico", declara.

Es optimista con el futuro de la liga y compara este presente con lo ocurrido en Italia, "cuando jugaba allá con Hugo (Conte) y aparecieron, a fines de los 80 y principios de los 90, Berlusconi, Gardini, empresarios muy fuertes que revolucionaron el vóley. Después de un par de años, lo que parecía la meca desapareció. Igualmente quedó un campeonato con apoyo de empresas importantes. Se redimensionó el mercado y lo mismo puede pasar acá. La continuidad de la liga es un compromiso del vóley argentino, y por sobre todas las cosas, hay que cuidarla".
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