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 miércoles, 29 de junio de 2005  
Malvinas y la paciencia del canciller

Alfredo Bruno Bologna

En un artículo de su autoría publicado en el diario La Nación, del 2 de abril de este año, el canciller Rafael Bielsa hablaba de la política de la paciencia infinita, pero los representantes del Consejo Legislativo de las islas Malvinas colmaron su paciencia.

La tercera reunión realizada en el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, el 15 de junio de 2005, durante la gestión de Kirchner, estuvo signada por un fuerte enfrentamiento verbal entre el canciller argentino, Rafael Bielsa, y dos representantes del Consejo Legislativo de las islas Malvinas que calificaron al gobierno argentino de prepotente y lo compararon con el gobierno de Galtieri.

¿Cuáles son los motivos por los cuales el diálogo en el Comité de Descolonización es cada vez más áspero? Para las dos partes, se trata de la realización de actos unilaterales encarados por la otra parte. En su intervención, el canciller argentino Rafael Bielsa denunció una serie de actos unilaterales adoptados por Gran Bretaña que no ayudan a favorecer un clima de negociación o cooperación entre ambas naciones. Específicamente, en torno a las actividades de prospección sísmica de hidrocarburos, la adjudicación de licencias para la exploración y explotación de minerales, la venta de licencias de pesca en la zona disputada, acciones de policía de pesca en el Atlántico Sur, la renuencia británica a avanzar en las medidas de confianza en el ámbito militar, la continuada presencia de la base militar en las islas Malvinas con capacidad operativa más allá del área disputada.

Además, mencionó la inclusión del archipiélago en el texto del tratado constitucional de la Unión Europea, los intentos del Reino Unido de tratar de afirmar presencia internacional de las islas Malvinas como entidad separada de nuestro país, de otorgar al pretendido gobierno isleño un status que no tiene, así como de intentar extender convenciones internacionales al área disputada.

Para los isleños este enfrentamiento tiene su origen en la prohibición argentina de no autorizar vuelos chárter desde Punta Arenas a las islas Malvinas, prohibición que se inició en noviembre de 2003.

En esta reunión, John Birminghan, miembro del Consejo Legislativo de las islas Malvinas, señaló que la actitud del gobierno argentino hacia las islas Malvinas y los malvinenses hace que cada vez más países y gente vean al actual gobierno argentino como una administración prepotente, que no parece entender las realidades del siglo XXI. Agregó que la prohibición de los vuelos chárter decidida por la Argentina es un intento de dañar nuestra industria de turismo. Birminghan aconsejó al gobierno argentino que siga los pasos del gobierno español, que recientemente decidió incluir a los habitantes de Gibraltar en las negociaciones entre España y Gran Bretaña.

Con relación a Gibraltar, el canciller Bielsa explicó que esto es imposible no sólo porque la relación entre Gran Bretaña y España está en el seno de la Unión Europea y Gibraltar es un territorio dentro de la Unión Europea sino, además, porque la relación entre Argentina y Gran Bretaña no pasa por su mejor momento.

El otro representante del Consejo Legislativo de las islas Malvinas que se hizo presente en el Comité Especial de Descolonización fue Stephen Luxton, quien manifestó: "Si bien el gobierno argentino es democrático, no creo que la esencia de las posturas hacia mi país haya cambiado significativamente desde la dictadura militar de 1982, salvo en que la agresión militar no parece estar en la agenda". Con posterioridad, Luxton explicó que su comparación con el gobierno militar apuntaba a que: "Si Argentina fuera realmente democrática, reconocería nuestros derechos a determinar nuestro futuro". Luxton manifestó también: "La realidad es que Argentina ha impuesto efectivamente sanciones económicas unilaterales contra el pueblo de las islas, y yo pienso que todos los países de las Naciones Unidas deberían estar indignados".

La calificación del gobierno argentino como prepotente y de compararlo con la dictadura de Galtieri de 1982 por parte de los representantes del Consejo Legislativo de las islas Malvinas, hizo reaccionar al canciller argentino quien expresó: "Son dos faltas de respeto que no voy a dejar pasar por alto". Golpeando con su mano sobre la mesa, muy enojado, interrumpió su discurso que había preparado e improvisando recordó que durante las dictaduras militares habían muerto miles de argentinos y señaló que hablar de prepotente no es un buen ejemplo de tolerancia que los kelper tanto le reclaman al gobierno argentino.

Luego de estos altercados se consideró la resolución presentada por Chile que fue aprobada por consenso y aclamación, en la cual se solicita a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía de las islas Malvinas. La resolución recibió el respaldo de Brasil como secretaría pro tempore del Grupo de Río, de Paraguay que actuaba en la presidencia del Mercosur, además de Uruguay, Perú, Ecuador, Guatemala y Cuba. El canciller Argentino se retiró del recinto sin saludar a los representantes del Consejo Legislativo de las islas Malvinas.

La evaluación que efectúa el canciller argentino, en una entrevista realizada por el diario La Nación el 24 del corriente, destaca que la política argentina está sacando de quicio a los habitantes de las islas Malvinas. "Gran Bretaña no está urgida y nosotros tampoco. Sin ser hostiles, tenemos que ser implacables con la plata. Ellos van a hacer perforaciones petroleras y no toleran que nosotros hayamos suspendidos los vuelos chárter mientras no sean de bandera argentina. Si hay plata para Gran Bretaña, también debe haber plata para Argentina". El canciller se pregunta ¿dónde está la prepotencia, entonces? Para el equipo diplomático argentino el endurecimientos de los representantes isleños tiene causas internas, ya que buscarían mostrarse más firmes con vistas a ganar votos en las elecciones legislativas que se llevarán a cabo en noviembre próximo.

Esta nueva estrategia nos parece adecuada y alejada de la política de seducir a los kelpers, que no dio resultado satisfactorios pese a las reiteradas oportunidades en las cuales se ha empleado. Por primera vez los habitantes de las islas se muestran descontentos con Argentina, porque se han visto afectados en sus ingresos, que alcanzaron los 25.000 dólares per cápita.

(*) Director del Centro de Estudios en

Relaciones Internacionales de Rosario.
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