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 martes, 28 de junio de 2005  
Altas temperaturas y sequías amenazan a Italia, España y Francia. Temen problemas en los servicios de agua y luz
La ola de calor amenaza la vida de más de un millón de italianos
Ya murieron seis ancianos por infartos. El gobierno indicó que aplicará medidas de urgencia

La ola de calor que azota a España, Francia e Italia causó ayer la muerte de un anciano en París y de otros seis en Italia, mientras el ministro de Salud de la península advirtió que un millón de personas están en peligro en ese país. El clima sofocante reavivó en Europa los temores de que se repita el trágico verano de 2003, que causó más de 20 mil muertos en Europa por las altas temperaturas, mientras hay estado de alerta por el consumo de electricidad y posibles apagones.

En Francia el calor se prolongará unos días más, con temperaturas pico que pueden alcanzar 40 grados en el sudeste, mientras para el oeste se anuncian tormentas violentas, alertó ayer la agencia Meteo France. El mismo temor existe en España, que vive una intensa ola de calor, con temperaturas entre uno y dos grados por sobre la media estacional. La oleada de calor causa alarma de sequía: siete regiones (Aragón, Catalunya, Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura) debieron reducir el uso de agua para garantizar la disponibilidad para la población.


Temor en Italia
La intensa ola de calor procedente de Africa ha causado ya la muerte de seis ancianos y ha desatado la alarma. Francesco Storace, ministro de Salud, admitió ayer que más de un millón de personas están en peligro de muerte por las altísimas temperaturas que afectan la península. Anunció la urgente aplicación de medidas para intentar evitar una tragedia. El funcionario dijo que el objetivo es "evitar que se repita el drama del 2003", cuando el calor provocó 20 mil muertos.

La preocupación también alcanza a los agricultores y Protección Civil, ya que los pantanos y los ríos están en los niveles más bajos desde hace años y la sequía amenaza cosechas y consumo de agua. Según los expertos, desde hace medio siglo no se registraban (como en estos últimos días de junio) en el norte y centro de Italia temperaturas tan altas, que unidas a la humedad en algunas poblaciones hacen que se adviertan seis grados más y disparan al sensación térmica.

Las norteñas Turín, Milán, Bolonia, Bérgamo, Bolzano, entre otras, registran temperaturas que desde hace una semana no bajan de los 34 grados y que en el caso de Turín llegaron a los 40 grados, algo impensable en lugares cercanos a los Alpes. En el centro, sobre todo en Roma, donde se concentran más de tres millones de habitantes, el termómetro alcanzó ayer los 34 grados, que sumados a la humedad de la zona aumentaron "la columnita de mercurio", como se la conoce en la región, entre cuatro y seis grados más.

En L'Aquila, a 700 metros de altura, las temperaturas superaron los 30 grados, lo que no es corriente entre las montañas de los Apeninos centrales, donde se levanta esa ciudad, distante un centenar de kilómetros al este de Roma.

El calor, según los expertos proviene desde hace una semana del norte de Africa. Se trata de un anticiclón cargado de aire tórrido que atraviesa Argelia, Túnez y Libia. Se anuncia un verano muy caluroso.

El calor sofocante se ha cobrado ya seis víctimas, todos ellos ancianos, en Bolzano, Bérgamo, Trento y Asti, y no se descarta que otros dos más perdieran la vida por la misma causa en Ancona y Pésaro, también en el centro norte. Los ancianos fallecieron por infartos causados por el calor.

En tanto, la falta de lluvias está colocando al país en una situación crítica, sobre todo en el norte, donde la sequía causa graves daños a la agricultura y donde los pantanos y ríos están en los niveles más bajos desde hace años. La responsable de agricultura de la región norteña de Lombardía, Viviana Beccalosi, pidió a los gestores de los pantanos de la zona alpina que dejen fluir parte de las reservas, ya que en caso contrario cosechas tan importantes como las de maíz y las de plantas forrajeras se secarán.

Numerosos ayuntamientos sólo permiten agua para las necesidades domésticas, a la vez que han intensificado la campaña para que se ahorre agua, precisando que una sola gota es un bien que no se puede despilfarrar.

Debido a la sequía, los ríos están descendiendo a niveles alarmantes. Así, a su paso por Mantua y Cremona las aguas del normalmente caudaloso río Po han descendido casi ocho metros y en otras parte del cauce se puede atravesar a pie. En Pavía la navegación fluvial sobre el Ticino es cada vez más difícil y no se descarta que sea suspendida. Las aguas de los lagos también están descendiendo con rapidez. En el lago de Como el nivel está 15 centímetros por debajo de la línea hidrométrica, cuando en esta época lo normal es que esté un metro por encima.


"Esperamos que llueva"
Según Protección Civil, con las actuales reservas sólo está garantizado el riego de los campos para los próximos quince días. "Podemos continuar así, como máximo, hasta mediados de julio. Lo único que nos queda es esperar a que llueva. Si no, la situación en el norte puede ser dramática", dijo Guido Bertolasso, jefe de Protección Civil.

El calor y la falta de lluvia están propiciando además numerosos incendios forestales, sobre todo en la isla de Cerdeña, donde en las últimas horas se registraron ocho focos ígneos.

Asimismo, podrían manifestarse nuevamente desperfectos en los servicios de electricidad, se informó. El uso desmesurado del aire acondicionado y de ventiladores podría provocar -al igual que ocurrió durante el caluroso verano de 2003- apagones en todo el país. (Reuters)
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Las sequías provocaron que las aguas del río Po hayan descendido ocho metros.

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