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 domingo, 26 de junio de 2005  
Por deporte: vuelo entre las rocas en sierra La Vigilancia
Un refugio para aprender y practicar escalada en la sierra La Vigilancia, en la provincia de Buenos Aires

La sierra de La Vigilancia, ubicada en el kilómetro 45,5 de la ruta nacional 225, a unos 650 de Rosario, es uno de los lugares más cercanos a nuestra ciudad para hacer y aprender escalada y rappel. El complejo está montado sobre un viejo casco de estancia rodeado de bosques sobre formaciones rocosas de las más antiguas del planeta, pertenecientes al sistema de Tandilia.

La Vigilancia tiene una de las escuelas de escalada más reconocidas en el país, que guía a los interesados en sus primeros pasos. La cantidad de vías (tiene unas 200 rutas y un centenar equipadas para trepar y descolgarse), la convirtieron en una atracción para locales y extranjeros. La sierra organiza tours para pasar hasta una semana en el refugio, con capacidad para 40 personas, un gran comedor, bosques, arboledas y un techo de estrellas mucho más cerca que en cualquier otro punto de la provincia de Buenos Aires.

"Hay que caminar unos 10 minutos desde el refugio hasta la montaña, unos 20 minutos más para subir y ¡a volar!" contó Cristian, un rosarino de 35 años que pasó tres días en el lugar con un grupo de 20 personas, la mayoría de Buenos Aires. Sin ninguna experiencia en rappel, el fin de semana en la sierra le encendió la pasión por descolgarse de las rocas.

El primer día de escuela los instructores enseñan a trepar y el segundo a descolgarse. El rappel se realiza en dúos y mientras uno se descuelga, el compañero contrapesa el descenso desde abajo, con uno de los extremos del cabo. Las primeras rutas son las más sencillas, donde se practica la forma de sostenerse, manejar los cabos y descansar (uno de los puntos más importantes para vencer el desafío, el desgaste físico y los inevitables temores que despierta la distancia con el suelo).

Los iniciados sólo necesitan llevar ropa cómoda para caminatas y abrigo, ya que los arneses y equipos los brinda el complejo. El único sitio para dormir en la sierra es el refugio, ya que el acampe está prohibido en la montaña. La otra opción es dormir en una de las ciudades más cercanas, como Balcarce, a unos 20 kilómetros.

La vigilancia tiene vías que no superan los 30 metros, con un promedio de 18, aunque con un alto grado de desafío. Tiene placas lisas, techos largos y resaltes pequeños y algunas fisuras. También rutas simples, para iniciados o para hacer calentamiento.

Uno de los sitios más arriesgados es el cubo, un trozo de roca que se asoma como un balcón separado de la montaña a más de dos metros. Descolgarse de esa roca implica un trabajo muy suave de descenso con el tronco, mientras las piernas sostienen la distancia con la roca. "Si te descolgás de un sólo salto corrés el riesgo de golpearte la cabeza con la saliente" advierte Cristian.

Las noches en el refugio mantienen el ánimo del campamento, con rondas de comida, charlas y guitarreadas.
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El cubo, uno de los escenarios para probar la técnica y la audacia.

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