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 domingo, 26 de junio de 2005  
[Nonta de tapa] - El ojo crítico
Leon Ferrari: "No sé bien qué es el arte"
El artista esta vez ataca desde la palabara y con un libro recién editado, "Prosa política". El "nefasto" rol de la iglesiacomo creadora de la cultura occidental y el infierno tan temido, bajo su mirada implacable

Durante cuarenta años insistió con su arte político, combinado con otras modalidades, denunciando la responsabilidad de la Iglesia Católica por muchos de los peores males padecidos por la cultura occidental. Fue paciente, perseverante, claro y contundente. Y se tomó el trabajo, "poco agradable" ( se ríe), de leer los textos de los santos, y distintas versiones de Biblias, estudiándolas. La conclusión es que son una sucesión de crueldades. "Desde un principio nos castigan a todos nosotros", advierte. Pero sus denunciados no se prendían en la discusión, hasta que llegó la muestra en el Centro Cultural Recoleta, en diciembre de 2004. Y explotó la Iglesia Católica. La discusión saltó a los medios y acaloró a toda la sociedad. En exclusiva con Señales, en su casa del centro de la ciudad de Buenos Aires, un lúcido y entusiasmado León Ferrari, un joven con proyectos, nacido en 1920, habló de su nuevo libro "Prosa política", editado por Siglo XXI, donde acopia todos los ensayos, cartas y reflexiones que acumuló durante 40 años de batalla estética contra la teología católica y sus derivaciones en la vida cotidiana de "todos, católicos y no católicos".

"Algunos me dicen que es ridículo discutirle a la Iglesia sobre cosas que no existen. Creo, por el contrario, que es una discusión muy productiva y actual, porque por ejemplo muchas de esas ideas están en la cabeza de Bush e inciden fuertemente para la vida y la muerte de miles de personas", advierte.

Para Ferrari la idea del miedo fue el aporte central que sembró por siglos la Iglesia Católica en Occidente. Miedo como oposición a la libertad, miedo paralizante, que favoreció la sumisión al poder. "Pero ahora hay menos miedo que antes", se ilusiona León. Por esa razón los fuegos del infierno se van apagando, porque la Iglesia "advirtió que se trata de un disparate que nadie cree, y que la aleja de los fieles. Ahora resulta que refundaron la idea del infierno, como un «estado de angustia por la ausencia de Dios», y apagaron las llamas. Es un discurso cambiado, de un día para otro desmienten a miles de santos, al infierno que tanto proclamaron durante dos mil años", explicó León.

-¿Y Miguel Angel, el Giotto, hay o no hay infierno?

-Yo me pregunto lo mismo (se ríe). ¿Qué pasó?, ¿se equivocaron en la interpretación de las escrituras?, ¿los engañaron? ¿Miguel Angel lo sabía, pero de todos modos lo pintó para congraciarse con la Iglesia? Sin ninguna explicación, asistimos al fin de las llamas de los fuegos del infierno. Pero no todo se apaga: la tortura, física y psíquica para los pecadores, sigue en pie.

Para León, no se entiende bien por qué los historiadores del arte todavía no analizan un hecho evidente, "como la discriminación de nuestra cultura al diferente (el que no está conmigo es mi enemigo), el holocausto, la discriminación a la mujer, la conquista de América, la sexofobia, la homofobia, la inquisición, son todas consecuencias de la religión católica. Son la grandes marcas nefastas de nuestra cultura, y están basadas en las ideas más profundas del catolicismo", definió.

Sin embargo, admite que el catolicismo tuvo, al mismo tiempo, una cantidad de ideas bondadosas, "digamos equiparables a la ideas socialistas actuales. Aunque hubo un San Pedro que fue una especie de Stalin".

-¿Siente a "Prosa política" como un reconocimiento a tanta insistencia?

-Me pasé 40 años escribiendo y nadie me tomaba demasiado en cuenta. Recién ahora, con todo lo que la Iglesia hizo en contra mío, terminó resultando a mi favor. Lo curioso es que tanto en las muestras, como en mis escritos y en mis intervenciones en los medios siempre dije las mismas cosas. Pero durante años no me contestaban.

-No le discutían, hasta que explotaron.

-Nadie nunca me retrucó mi acusación a las aberraciones culturales de Occidente, la versión de un mundo de buenos y malos, o estás conmigo o estás contra mío. Ni lo del castigo al diferente, que viene del Evangelio, pero sigue vigente en las clases de catecismo que se imparten hoy, en muchos lugares de la Argentina.

-¿Piensa que su muestra se convirtió en una intervención política, casi sin proponérselo?

-La Iglesia argentina tiene un ansia constante de poder, tal vez por eso se molestó. Lo compartió con los militares, con obispos y torturadores, capellanes que recibían a los marinos después de los vuelos de la muerte, y demás. Después volvió con Menem, con el Día del Niño por Nacer. Ahora, en cambio, tanto el gobierno de la Ciudad como el gobierno nacional tienen una actitud completamente distinta. Por ejemplo, cuando el Episcopado vuelve a apoyarlo a Baseotto, Ginés González García sale a repartir millones de preservativos. Eso fue muy bueno. El caso Baseotto es clave, porque es un hombre antisemita, procesista, antimusulmán, que pugnó a favor de las leyes de la impunidad, que planteó tirar al mar a un ministro, y a pesar de todo, fue apoyado por el Vaticano. Es un caso notable.

-Cuando más lo atacaron, más personas iban a su muestra, ¿cómo lo vivió?

-El apoyo de la gente a mi persona, a propósito del incidente con la Iglesia, fue espectacular. Muchas personas me felicitan por la calle. Pero hubo excepciones, por supuesto, como el caso de Elisa Carrió, que declaró en un programa de televisión ("Hora Clave", Canal 9, Mariano Grondona) que se trataba de una "imbecilidad que el gobierno de la Ciudad me haya dado espacio en la Recoleta, junto a la Iglesia del Pilar para la muestra". Yo le contesté señalando que si en el Pilar se expresan contra el uso de preservativos, contra la condición judía y los gays, entonces yo tenía derecho, en un espacio público, sin meterme dentro de la Iglesia, a poner mi punto de vista crítico de esa situación.

-¿Cómo ve al nuevo Papa?

-Con Ratzinger las cosas siguen igual. Observé un hecho curioso, en relación a los divorciados, una supuesta mejora en el tratamiento hacia ellos. En el antiguo testamento Moisés permitía el casamiento, una vez, con una divorciada. Luego viene Jesús y dice que "el que se casa con repudiada (divorciada) comete adulterio". Y sabemos que el adulterio no era sencillo... se castigaba con la muerte. Bueno, con los años se dejó de matar a los divorciados que se volvían a casar, pero se los excomulgaba. En la actualidad, Ratzinger introduce un cambio, y permite, dentro de la Iglesia, el casamiento de los divorciados, pero con una condición: que no mantengan relaciones sexuales. Da risa, pero son realidades de la Iglesia Católica actual, que señalan el grado de enajenación que tiene esta gente.

-La cuestión del sexo no cede en la concepción católica, ¿por qué?

-La sexofobia es inherente a la religión católica, nace en Adán y Eva. Pero se va perfeccionando, sobre todo a través de los santos. Por ejemplo, San Francisco que negaba al cuerpo todo valor y proponía no nombrar a las mujeres. O Santo Tomás, uno de los pilares filosóficos de la cultura de Occidente, que estaba obsesionado con el tema del semen. Decía que el semen derramado sin fines reproductivos era un grave pecado. El camino al infierno.

-Sin embargo, y curiosamente, el sexo se abre a la sociedad, en los medios casi como un elemento de consumo.

-Creo que las ideas de la Iglesia no están encontrando eco en la sociedad. Por ejemplo, hay encuestas que marcan una fuerte mayoría que está a favor de la despenalización del aborto. Y también en el incidente Baseotto-Kirchner, la gran mayoría se manifestó a favor del presidente.

-¿Cómo está presentado "Prosa política"?

-Lo veo al libro en dos partes, pensábamos que con el arte se podía hacer la revolución y también fuimos muy críticos con quienes tenían otra valoración del arte en la relación a la política, fuimos intolerantes. La vanguardia formal del Di Tella fue la base de la vanguardia estética y política de Tucumán Arde. Un movimiento que pretendió hacer política en la vanguardia política, usando medios formales que venían de la experiencia del Di Tella.

-¿Qué definición le gusta ahora del arte?

-Hoy entiendo que el arte no debe definirse porque la sola definición funciona como un reglamento, una limitante. La función de los artistas es romper ese reglamento. Todavía hoy funciona el tabú de la política en el arte, y están quienes señalan que la política contamina al arte. Sin embargo, el arte está lleno de política, Berni, Picasso, y muchos ejemplos más. Yo hago arte figurativo o decorativo, y por eso también me han criticado. Para mí el arte es todo, pero debo confesar que no sé bien qué es el arte.

-¿Cómo son las relaciones entre arte y política?

-Existe un arte político de carácter crítico al poder, que cuestiona, es el que conocemos del último siglo. Sin embargo el arte político más importante, de mayor envergadura a través de los siglos, fue el que apoyó las manifestaciones de la Iglesia, los geniales artistas y arquitectos que construyeron las grandes maravillas de nuestra cultura. La Iglesia Católica usó de un modo extraordinariamente hábil a los mejores artistas de todos los tiempos para sustentar el poder. La historia de la cultura occidental es, en esencia, el apoyo de la cultura, la exaltación, de los rasgos más nefastos de las creencias católicas.

-¿Qué incidencia ve de las bases teológicas del catolicismo en la vida cotidiana de todos los días?

-Enorme. Nuestra cultura integró muchas ideas o símbolos con naturalidad, dándole sentido positivo cuando son negativos. Por ejemplo, la paloma de la paz con el olivo en el pico, la de Berni y de Picasso. Se trata de la paloma posterior al diluvio, cuando lo único que quedó fue muerte y arrasamiento. La paz obtenida después del diluvio universal, es la paz de la tierra arrasada, es el aniquilamiento de unos sobre otros. No es la paz del consenso. Sin embargo, muchos, incluso no católicos y progresistas, por un problema de desconocimiento, creen que la paloma de la paz debe ser reivindicada. Además, también suele utilizarse la expresión fariseo como palabra neutral y sin embargo es una expresión antisemita, por aquello de que se trataba de una secta hebrea que simulaba tener una vocación religiosa que no tenía, un modo hipócrita. También se sabe que los fariseos fueron los más progresistas, pero de todas maneras tenemos una sola versión, que es la de los evangelios.

-¿Qué rescata de los relatos bíblicos?

-A Eva. Es una figura maravillosa, es lo mejor de la Biblia. Una figura literaria, la primera que se enfrenta con Dios y arriesga todo por el conocimiento, debería ser la madrina de los científicos.
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Consejos. Ferrari advierte sobre las consecuencias políticas que genera la doctrica católica.

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