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domingo,
26 de
junio de
2005 |
Mercados
La soja asegura la suerte del gobierno
El mundo puede volver a apostar a las economías emergentes y Argentina está en óptimas condiciones
Salvador Di Stéfano
Es claro, en la complicada novela de la Argentina se demuestra que este gobierno tiene mucha suerte, demasiada. Por ello el plan soja y suerte sigue dando resultados. La oleaginosa que parecía que tenía altísimos stock, comienza a desandar el camino de la incertidumbre climática en el hemisferio norte y su precio comienza a trepar volviendo a mostrar al sector del campo como un ganador en la actual coyuntura.
El viernes último, el disponible cerró en $ 540 por tonelada y al tener en cuenta los rindes, que fueron como mínimo un 12% superiores a los del 2004, estamos en precios superiores a futuro al de $ 600 la tonelada.
El campo derrama sobre la ciudad y la demanda de departamentos, chatas y autos se comienza a sentir en la economía del interior. En el exterior hace dos semanas se pensaba que la suba de tasas de interés de corto plazo iba a ralentizar el crecimiento económico y perjudicar a los mercados emergentes.
En 15 días los pronósticos dieron un vuelco inesperado. El Banco Central de Europa piensa en reducir la tasa de corto plazo, el Banco de Inglaterra ya no modifica los tipos de interés, el Banco de Suecia baja la tasa de interés y en Estados Unidos, en la reunión de la Reserva Federal del 29 y 30 de junio, se modificaría por última vez en el año los tipos de interés de corto plazo que se ubicarían en el 3,25% anual, cuando el mercado esperaba para fines de año niveles cercanos al 4,0% anual.
La novela es así: la tasa de retorno de los bonos de Tesorería americanos a 10 años, que rige los negocios mundiales, cerró el viernes último en el 3,91% anual, cuando hace tres meses atrás cotizaba en 4,50% anual.
La trama continúa. Un escenario en el que en el mundo quedan muy pocas alternativas de inversión y vuelven a ponerse de moda los mercados emergentes, especialmente aquellos que tengan tipo de cambio fijo y emitan con bonos con suculentas tasas de retorno en moneda doméstica. Cualquier parecido con Argentina es mera coincidencia.
Así, el gobierno, que convivió con un plan económico que invitaba a la fuga de capitales en los últimos tres años, hoy tiene como principal problema el ingreso de capitales golondrinas que vienen a posicionarse en bonos en pesos como el bono con descuento con un rendimiento del 17% anual, que equivale a cuatro veces el rendimiento de los bonos americanos.
Hasta ahora, el capital especulativo se posicionó en bonos, pero no tardará mucho para que el derrame se produzca en el mercado accionario, en donde con volúmenes exiguos el mero derrame de unos pocos millones de dólares cambiara la cara de los tenedores de títulos privados, pate de los protagonistas.
Para buscar un contexto, la Bolsa doméstica negocia por día menos de 30 millones de dólares, de lo cual genuino puede llegar a ser una porción muy pequeña. Cuando algunos de los fondos internacionales apuesten solo una ficha, por ejemplo 50 millones de dólares, el capítulo cambia y los precios arbitrarán fuertemente a la suba.
Hiperliquidez
Por otro lado, la gran pantalla del sistema financiero internacional muestra un escenario de hiperliquidez para los próximos 60 días. En nuestro país los excelentes precios de los productos que exportamos como la soja y el petróleo nos permiten llegar sin ningún tipo de zozobra a fin de año y el presidente puede pasar las elecciones de octubre con las alforjas llenas de dinero.
Si bien este escenario no se replica por igual para todos los sectores de la economía real, esto no significa que la ola especulativa no nos embriague en los mercados y nos muestre precios que no soñábamos hace un tiempo atrás.
Los sectores no ligados a los productos primarios que muestran precios récord, muestran una desaceleración en su crecimiento con menores ventas y caída de la rentabilidad.
La inflación de aquí a fin de año se ubicará en torno al 0,5% mensual y parecería que el dólar no mostrara variaciones significativas en los próximos 60 días, lo que perjudicara a algunos sectores de la exportación y de la sustitución de importaciones.
Toda novela de intrigas tiene varios finales. Esta supone conclusiones: en el mercado se han puesto de moda los bonos con descuento en pesos y el volumen pasa por los mismos por ende parecería que serán un buen negocio en las próximas semanas, el segundo capítulo indica que la bolsa podría comenzar una importante recuperación que la posiciones muy cerca de los 1.600 puntos impulsado por las acciones ligadas al sector bancario y petroleras, servicios por el momento abstenerse.
El tercero, la tasa de interés podría seguir a la suba, en la semana que termina las letras del Banco Central de la República Argentina muestran un rendimiento muy cercano al 6% mensual y podría seguir a la suba en los próximos días. El dólar, con un escenario de hiperliquidez internacional y suba en el precio de los productos que exportamos, seguirá ofrecido, al menos de cara a los próximos 60 días y difícilmente las normativas del Ministerio de Economía y el BCRA puedan detener el ingreso de capitales.
El mundo financiero es altamente flexible y no hay control de capitales que los frene. Desgraciadamente, la política fiscal es rígida y esto complica a las empresas locales.
El gobierno, protagonista único y nudo dramático, debería trabajar urgentemente en una reducción del gasto público y rebaja automática de la presión tributaria. Si no lo hace hoy nos embriagamos con los dólares que llegan del exterior para inversiones especulativas, pero de cara al año 2006 la economía argentina no crecerá. El plan soja y suerte sigue dando resultado. Esperemos que el gobierno aproveche esta coyuntura para hacer las reformas estructurales y no duerma en los laureles de una coyuntura que por ahora, y sólo por ahora, le es favorable.
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