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sábado,
04 de
junio de
2005 |
Quejas de un
afiliado de Ospac
Luego de treinta años de aportes -hoy jubilado- recurrí a mi obra social Ospac con el fin de que se me reconocieran los gastos ocasionados por prestaciones recibidas por una afección ocular de suma gravedad. Ahora bien, ¿qué esperamos nosotros, sostenedores de Ospac? Que luego de aportar durante todo el ejercicio de la profesión y después de habernos retirado de la práctica seamos atendidos y se respete al socio que ha contribuido con parte de sus honorarios. Creímos que sería así al asociarnos a la obra social. Lamentablemente, esto no ocurrió en mi caso particular y pienso que tal vez otros colegas del arte de curar han pasado por igual situación. Bastaría con este ejemplo pero desgraciadamente no es la única vez que ha sucedido. A esto se le agrega un trato impensable, fuera de lugar, falta de respeto al asociado, hacia mi señora esposa e hija, quienes también debieron recurrir a la obra social y no hallaron respuesta a sus requerimientos de servicios. Se nos dio un desmedido trato, que podría calificarse de grosero. Frente a esto, ¿qué hacer? Creo que todos los colegas profesionales deben estar advertidos para no ser luego sorprendidos al requerir los servicios de la institución que, con el esfuerzo de todos, hemos construido. ¿No habrá llegado el momento de unir reclamos a fin de corregir y asi salvar el prestigio de nuestra Ospac? y recordar a su director (de Rosario) que es nuestro administrador-empleado y no nuestro liquidador.
G. Víctor Kalbermatter
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