|
domingo,
29 de
mayo de
2005 |
Práctico y furioso
Rugby: Uni le ganó a Duendes porque se equivocó menos
Aníbal Fucaracio / Ovación
Los clásicos suelen esconder curiosidades y paradojas que enaltecen su condición de tales. Es por eso que muchos resultados se apartan caprichosamente de la lógica y la justicia. Suele escucharse que los duelos de barrio se ganan, no se merecen ni se explican. Y más allá de esta verdad tan tribunera como poco rigurosa, así se entiende el triunfo de ayer de Universitario sobre Duendes por 10 a 8 en un encuentro correspondiente a la sexta fecha del torneo Regional del Litoral.
Los verdinegros exhibieron una mejor obtención (sobre todo a través del scrum), trabajaron con acierto el maul y tuvieron más tiempo la pelota durante los ochenta minutos. Pero a esa marcada supremacía no la supieron trasladar al marcador.
Por el contrario, los académicos utilizaron más la inteligencia, se valieron de la desesperación del rival y a pesar de que contaron con menos chances, les sacaron más rédito. Una fórmula más especuladora desde lo táctico pero indudablemente más efectiva.
Además, para redondear la idea de un encuentro repleto de contradicciones, la definición llegó con un drop a menos de diez minutos del final. Justo en un partido en el que los pateadores de los dos equipos intentaron 15 envíos a los postes y erraron 11. Y más específicamente, patearon 7 drops (3 el local y 4 la visita) y el único convertido fue el del triunfo.
El primer tiempo mostró que ambos conjuntos estaban muy apresurados. La presión era asfixiante y los errores en el manejo de la pelota eran una constante. Duendes parecía más incisivo y por eso logró el primer try por intermedio de Pablo Bouza, tras un maul de line.
Los dueños de casa tenían la ovalada pero no sumaban puntos. Y a los 34', Mastrángelo robó una pelota a cinco metros de su ingoal, cruzó toda la cancha y anotó un try de antología para Uni.
En el complemento, el trámite se emparejó pero siguió plagado de fallas en el control de la pelota. Promediando la etapa, Miralles clavó un penal y puso a Duendes nuevamente al frente. Pero enseguida, Juan Pablo Caterina respondió con el drop decisivo.
Más tarde, Miralles erró dos penales que parecían factibles y allí se esfumaron las últimas imágenes del naufragio verdinegro.
Ayer, Uni fue práctico para aprovechar las contadas ocasiones que se le presentaron y furioso para defender y ofrecer su tackle. Duendes hizo el gasto pero desperdició sus chances por sus propias imprecisiones. Y eso se paga caro. Sobre todo en el barrio.
enviar nota por e-mail
|
|
|