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domingo,
29 de
mayo de
2005 |
Opinión: Nosotros... ¿de qué jugamos?
Luis Alberto Yorlano / Especial para La Capital
Ya están lejos de la pelea por el título, y de las soluciones. Los dos equipos de la ciudad terminan con más dudas que certezas. Los del parque, tienen el Apertura en el bolso y esto le da oxígeno con su hinchada esperando, después de más de doce años, el inicio de la Copa Libertadores 2006.
La ciudad pudo haber tenido a Central como el otro campeón. No es hora de llantos, pero sí de reflexiones. Dicen que es patrimonio de los seres humanos tropezar dos veces en la misma piedra. No es hora ni momento de repartir culpas. Los dos técnicos en distintos momentos han señalado a los periodistas como responsables de las actitudes que asumieron sus equipos.Primero fue Ribeca, ahora Cuffaro Russo, saliendo a blanquear la pobreza mostrada por sus dirigidos. ¿No es hora de ser más serio y hablar más claro? En una profesión donde se necesita un alto grado de responsabilidad, no puede un protagonista como el técnico adjunto de Rosario Central, responder culpando al periodismo del pésimo momento que vive su equipo, diciendo "yo la dejo ahí picando, pero me gustaría que esa gente aparezca".
Señor Cuffaro Russo, le pido en nombre de los que dignifican al periodismo que sea honesto y sincero. Central en los últimos cinco partidos fue apenas una sombra de aquel equipo que una vez fue nominado por los hombres de prensa del país como candidato al campeonato. No le molestó a Cuffaro en su momento. Ni tampoco a don Angel en esa oportunidad se le salió la cadena.
Hay que evitar perder la memoria. De Pablo Vitti, según dijeron ustedes, ningún colega lo dijo, que la gente iba a pagar entrada para verlo. Ni tampoco la prensa habló de su precio, como lo hiciera Scarabino, que ya no sabe cuántos ceros sacarle a la cifra que le puso después del partido frente a San Lorenzo.
Ha llegado la hora de dejar de lado la hipocresía. Si están alterados, hay que darse una ducha fría, decía mi abuela. La gente no le cree en estos momentos ni a Zof ni a Cuffaro Russo, como tampoco le creyó a Ribeca, cuando asumió una postura similar, tratando de justificar sus "mamarrachos" tácticos culpando al periodismo.
El técnico provisorio de Newell's, no sólo hizo olvidar a sus hinchas de muchos momentos de felicidad, sino que desacreditó a unos cuantos jugadores, que dejaron de ser tenidos en cuenta por empresarios y clubes importantes del país y el exterior. La mejor prueba es Justo Villar. Ya nadie piensa en él. Que yo sepa, ningún periodista fue culpable de los mano a mano con los delanteros rivales que tuvo este arquero, considerado en el torneo pasado como el mejor de Sudamérica. Fue el técnico de transición, que a pesar de jugar con dos volantes de contención, le hizo comer en sólo dos partidos, más goles que los que le hicieron en el Apertura.
Volviendo a Cuffaro Russo, le recuerdo que pertenece a un cuerpo técnico que no supo qué hacer con el tema, nunca aclarado, de Andrés Díaz. ¡Ni hablar de Ledesma! Que yo sepa el periodismo no sugirió dar descanso a Vitti, para que se recupere. En lugar de sacudirse la culpa, tendrían que explicar, ¿cuál fue la equivocación táctica frente a Vélez y Racing? De haber hecho lo correcto, hoy estarían encabezando el Clausura.
Y la última reflexión es para el técnico rojinegro, que suele hacer las prácticas a puertas cerradas, sale sin hablar con la prensa y después frena su vehículo a los cien metros para dar información a algunos "periodistas" amigos. Ribeca deje de perjudicar a Borghello, haciendo jugar a Esnaider que está más para la tribuna que para el campo de juego. l
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