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| domingo,
22 de
mayo de
2005 |
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El intendente invita
Muy bien servido y generosamente regado. Así fue el asado que el jueves pasado organizó el equipo de comunicación de Miguel Lifschitz en la parrilla Don Julio, en el porteñísimo barrio de Palermo, con un grupo de periodistas y animadores rosarinos que trabajan y residen en la Capital Federal. El intendente viajó especialmente para compartir una tira de asado con Carlos Gabetta, Mónica Gutiérrez, Osvaldo Bazán, Gerardo Rozín, Reynaldo Sietecase y Monchi Balestra, entre otras hambrientas celebridades. Rodeado de achuras y botellas de malbec mendocino, el lord mayor demostró que no para y que su idea de imponer a Rosario como marca en todo el país merece una inversión en buena carne y mejor vino. El que tiene plata...
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Inesperada y fatal
Los dos veteranos no podían sacarle los ojos de encima: la rubia entró al bar de Presidente Roca y San Lorenzo cerca del mediodía e instaló su bien proporcionado cuerpo en la barra, para deleite de la platea masculina. Uno de los dos peleadores de muchas batallas, sin embargo, estaba más intranquilo que de costumbre ante la insinuante damisela: es que le parecía conocerla. Fue en ese momento que el codazo que recibió cerca del hígado por parte de su compañero lo sacó de su ensoñación.
-Ya la tengo, ya la tengo, le dijo su más que viejo amigo mientras encendía un cigarrillo light.
-¿Quién es? A mí también me resulta familiar.
-¡Aaaaaahhhh! Piense, piense... Lo único que te puedo anticipar es que se hizo famosa en la tele.
-¡Aaaaaahhhh! Piense, piense... Lo único que te puedo anticipar es que se hizo famosa en la tele.
-...y que su nombre artístico se relaciona con una legendaria compañía aérea.
-¡Panam! ¡Claro, es Panam!, se emocionó el cincuentón, que por poco le pide un autógrafo a la diva que ayer se presentó en Rosario pero cuando entró al Victoria no le dio ni la hora a nadie.
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Se enojó AJ
Fuera de sí se lo pudo ver ayer al inefable Alberto J. Llorente, quien casi se toma a golpes con un colaborador en las inmediaciones de Ocampo y Mitre. "Sáquenmelo que lo mato", gritó en cierto momento el popular animador, que había perdido su habitual sonrisa almibarada. Todo indica que la cosa no pasó a mayores y que se trató de una cuestión del momento. Haya paz, muchachos.
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Un lechón de peso
El diputado justicialista Danilo Kilibarda se acordó de un viejo amigo suyo tras su paso por Venado Tuerto y en ocasión de una reunión entre legisladores de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. El ex diputado venadense Julio Egimann supo ser compinche de don Danilo y hasta incluso quedó pendiente una deuda. Resulta que el veterano político le había dado una mano a Egimann en un momento determinado y éste le prometió devolverle el favor en especie: la promesa era un lechón. Kilibarda contó ante varios diputados y el propio Egimann la anécdota y las risotadas se escucharon a lo lejos tras el remate de Danilo: "Me imagino que ese lechón debe estar pesando unos tres mil quinientos kilos a esta altura". El rojo de la cara de su víctima hacía juego con el color de su amada camiseta de Avellaneda. Habrá que pagar, nomás. |
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"Este gobierno es un régimen mafioso y más avaro que el menemista"
Elisa Carrió
Titular del ARI
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