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 sábado, 14 de mayo de 2005  
Golpiza y escándalo. Separan a los jefes y al personal lque estaban de turno en la 11ª por el ataque a dos albañiles
Tres policías, presos por paliza a dos hermanos en una seccional
No sólo los acusan de apremios, sino de imputarles un asalto inexistente en un acta para justificar la agresión

Tres policías fueron detenidos acusados de apremios ilegales, tormentos y falsedad ideológica de documentación por la golpiza que dos hermanos albañiles, sin antecedentes penales y acusados de un asalto en apariencia inexistente, sufrieron el lunes a la noche en la seccional 11ª. El caso entró de lleno a la dimensión de escándalo porque, además de darse por probado que las víctimas fueron golpeadas salvajemente en el interior de la comisaría, también existen indicios de que los uniformados involucrados "le armaron" una causa judicial a personas inocentes. A todo esto, una agente reveló que el brutal castigo tuvo lugar dentro de la comisaría, y no afuera como alegaron los efectivos acusados. Los tres policías detenidos fueron, además, puestos en disponibilidad por la Jefatura de Unidad Regional II.

Además, el alboroto causado por el incidente sacó de su sitio al jefe de la seccional, comisario principal Miguel Martínez, y al subjefe, comisario Baltasar Galarza. También desplazaron al personal que estaba de guardia: el oficial principal Farías (a cargo); el sargento Bugnar; los cabos Peña y Piedrabuena y los agentes Ruiz, Stimerman y Rodríguez. Ninguno de ellos está directamente implicado en la paliza. Pero Martínez, hasta ayer jefe de la seccional, había defendido la versión que el juez del caso terminó desacreditando.

"Encima que los cagaron a palos les inventaron un delito que no cometieron", fue la gráfica expresión que uno de los investigadores del hecho lanzó ante una consulta de La Capital.

El primero de los uniformados que quedó imputado y detenido es el agente Hipólito Moreno, del Comando Radioeléctrico de Villa Gobernador Gálvez. Las sospechas que existen sobre este policía son muy graves. Es quien tuvo el incidente con los albañiles Hugo y Oscar Barreto el lunes a la tardecita en Ayacucho y Olegario Andrade. Todo se desencadenó cuando los hermanos regresaban de trabajar en bicicleta desde una obra en construcción en Echesortu y al parecer tuvieron un roce con Moreno, que iba de civil y llevaba su moto al arrastre. El episodio derivó en un verdadero operativo policial del que participaron efectivos de la Patrulla Urbana, que llegaron al lugar en "apoyo" del colega supuestamente asaltado y que llevaron detenidos a los Barreto a la comisaría de Lamadrid 272 bis.

Familiares de las víctimas rebatieron la versión policial del asalto. Aseguraron que a Hugo y a Oscar no llevaban armas y que sufrieron un fuerte castigo en la seccional. "Los agarraron de los pelos y los bajaron del móvil. Apenas llegaron (a la 11ª), a Hugo lo golpearon contra la pared, lo reventaron a patadas y le gritaban choro", narró la mujer de uno de ellos.

La declaración de Moreno no convenció a los sumariantes y por eso el juez Juan José Pazos, de instrucción Nº8, ordenó que quede demorado porque asume que participó directamente en los castigos. Pero la mayor duda es determinar si Moreno mintió cuando dijo que fue asaltado por los Barreto. Los otros policías imputados pertenecen a la Patrulla Urbana y fueron los dos primeros en llegar al lugar del incidente. Según fuentes de la investigación, son el agente Juan Rubén Drueto y el sargento primero Juan Eduardo Cáceres, quienes -al igual que Moreno- quedaron detenidos tras prestar declaración ante el juez Pazos.

En el marco de la serie de testimoniales tomadas por el juez, ayer trascendió que uno de los relatos más reveladores fue el de una agente que estaba en la guardia de la seccional cuando los Barreto llegaron en calidad de detenidos. La mujer fue convocada por los investigadores para que narre lo que sabía del hecho. El lugar que ocupaba en la guardia la ponía en un sitio privilegiado como espectadora, pero también a punto de ser salpicada por una presunta irregularidad.

"Se despachó con todos y separó la paja del trigo", señaló una fuente cercana al caso. La agente contó que los hermanos fueron encerrados en una cocina y que allí fueron golpeados duramente. De la investigación se desprende que serían ocho los uniformados implicados en los apremios y en la falsificación de denuncia.
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Los hermanos Barreto terminaron presos tras un incidente de tránsito.

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