Año CXXXVIII Nº 48747
La Ciudad
Política
Economía
El Mundo
Información Gral
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Escenario
Ovación
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 08/05
Mujer 08/05
Economía 08/05
Señales 08/05
Educación 07/05
Salud 04/05
Autos 04/05

contacto

servicios
Institucional

 sábado, 14 de mayo de 2005  
Jabones, aparatos ortopédicos y polémica en simultáneo

Tres de las diez plantas de los ex Silos Davis están destinados a la obra de Costantino. En el quinto se exhibe "Savon de Corps", un video donde la artista invita a bañarse con ella en una piscina de mármol glamorosa. "Toma mi jabón... completamente desnudo...", se oye en off y en francés. La propuesta no es sólo erótica: alude al uso de los jabones que reposan en la sala sobre sus jaboneras celestes de acrílico y que realizó Costantino con la grasa de su propio cuerpo.

Los objetos, sólo un par de los cien originales que conforman la serie, y que se venden junto a su repuesto, son las piezas más provocadoras de la muestra. No sólo por su precio -cada uno se cotiza a mil dólares- sino por la asociación para muchos inevitable al Holocausto.

Esta lectura generó las más diversas críticas, desde que las piezas se exhibieron en agosto del año pasado en Capital Federal, primero en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y luego en la galería Ruth Benzacar.

Los jabones pesan 250 gramos, huelen románticamente a leche acaramelada y son de color marrón claro. Se asemejan a la clásica imagen de la espalda femenina captada por el fotógrafo norteamericano Man Ray, están acompañados por una base de mármol de Carrara y respaldados por un cartel publicitario con luz al mejor estilo de las más caras marcas de belleza. Allí se detalla la composición del curioso cosmético: encabeza el 3 por ciento de esencia de Nicola (ella se lipoaspiró 3 kilos de grasa) y luego seguirán los porcentajes de otros ingredientes.

En este quinto piso se encuentra también la tienda del Macro donde entre otras piezas de artistas contemporáneos se venden los de Costantino: un bolso de mano de cuero que imita a la piel humana (un símil de pezones masculinos y orificios anales) cuesta 2.500 dólares. Una pelota de fútbol con la misma textura, trepa a los 2.000 dólares. Una bolsa de agua caliente, sale 300 dólares. Y el catálogo de la obra de la artista, por 25 pesos.

En el sexto piso hay un archivo de la escultora: un filme con su obra anterior y el debate sobre la muestra escrito en la pared y sobre papeles que el público puede llevar consigo.


Animales movedizos
En la séptima planta se presenta "Animal motion planet". Allí hay cinco máquinas ortopédicas electromecánicas para nonatos de caballos y terneros, expone los planos de su construcción y otro video con los animalitos moviéndose como títeres en un apasible paisaje campestre.

"Máquina para caballo encabritado" y "Mandíbula rumiante para ternero con cabeza móvil"son los títulos de dos máquinas que al activarse mueven las cadenas, roldanas y cascos en las que podrían calzarse los cuerpos de los animales.

Quienes ya vieron la muestra en la ciudad (desde el viernes en que se inauguró hasta hoy ya son más de mil personas) se comportaron al igual que en Buenos Aires. Con aprobaciones y rechazos. Al menos eso se leyó en el libro de comentarios que ofrece el Macro a la gente que pasa por sus salas. "Me encanta que Rosario le dé este lugar a la cultura aunque la Costantino no me gusta", rubricó la visitante porteña, Elena Montes, de Ramos Mejía. En tanto, Aymará Barroso escribió: "Me gustó mucho todo".
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
"Mi obra no es para agradar sino para reflexionar"



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados