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sábado,
14 de
mayo de
2005 |
Nicola Costantino expone jabones hechos con grasa de su cuerpo lipoaspirado
"Mi obra no es para agradar
sino para reflexionar"
La polémica muestra se exhibe en el Macro hasta el 26 de junio. Hoy, debate con la artista a las 19
Laura Vilche / La Capital
Asco, risa, indignación, perplejidad, placer y decenas de interrogantes sobre los límites éticos del arte, el narcisismo y otras tantas cuestiones. Esto y mucho más provoca la polémica muestra de la artista rosarina Nicola Costantino donde, entre otros objetos, exhibe jabones hechos con grasa de su propio cuerpo lipoaspirado, algo duramente criticado por intelectuales que vieron allí un ícono del Holocausto. "Savon de Corps" -así se llama la muestra que hasta el 26 de junio se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro)- y sobre la que se explayará hoy la propia escultora y el psicoanalista local Carlos Kuri, a las 19, en el 7º piso del museo de bulevar Oroño y el río Paraná.
-¿Por qué trabajás una vez más sobre los cuerpos? Cuerpos de animales, tu propio cuerpo...
-Es una continuidad de mi trabajo. En el anterior, sobre peletería humana, apunto al cuerpo como objeto de consumo. Ahora, en esta muestra sigo trabajando con el cuerpo, pero agrego componentes como el agua y el mármol. Con esos elementos construyo las piezas de "Savon de Corps" y me coloco yo como objeto de consumo, llevo al extremo a la persona al nivel de cosa, mi cuerpo es la materia prima del producto.
-¿Es una obra narcisista?
-Llego con ella al paroxismo del narcisimo. Y esto no debe leerse como crítica.
-¿También frívolo?
-Claro. Acá hay un pensamiento muy estricto que obliga a que uno esté de una vereda o de otra. ¿Por qué? Eso es viejo, clásico, típico de un arte político tradicional de los 70. "¿Por qué criticás a la mujer como objeto y te hiciste una lipo?" ¿Qué se supone, que si me la hice estoy festejando y promocionando las lipoaspiraciones? Me dan risa esas críticas tan necias. Es una autoparodia, lo mismo hago cuando trabajo con animales. No es el mensaje de una vegetariana hacia los demás, me encanta ir al campo, cocinar y ver las carneadas. No veo por qué no trabajar con uno mismo y sus contradicciones. Lo interesante del arte es que proponga idas y vueltas, no sólo dos caminos: algo puede ser narcisista y paródico. Inocente y perverso, pero mi obra no propone "hagamos jabón de las personas", esto puede ser lo primero que se le ocurre a una persona al verla, pero no es necesariamente la única lectura. Hay muchas otras formas de hablar de un tema tan cruel como el Holocausto, no una sola. Ahora mismo estoy haciendo una obra para un grupo de judíos que se presentará en la feria Arte BA.
-¿Cómo es?
-Es una vereda. Sobre ella hay baldosas rotas, chicles pegados y huellas de patitas de perro marcadas en el cemento. A ella se sube por unos escalones; está a 60 centímetros del piso. Y debajo coloqué un bloque de cemento en el que compacté valijas de los años 40, botones, telas, estrellas de David, Torá, candelabros, libros en hebreo y discos. Todos elementos que me dio la comunidad, pertenencias de judíos pobres que murieron en el asilo de ancianos de Burzaco hace 40 años y que nadie reclamó. Objetos reales que quedaron sepultados debajo de la vereda, un lugar de todos, público.
-¿Temés que se diga que con esta obra te redimís de la actual?
-Me río también de eso. Este trabajo me lo propusieron, me preocupé por hacer una obra coherente y además, no tengo culpas que lavar.
-¿Qué obra no harías?
-Una que no me guste, que no disfrute, que no sea coherente con mi recorrido anterior. Hay cosas que no me gustan nada. Ayer fui a una galería y vi una foto de un culo abierto por dos manos, donde se veían las hemorroides. Mi obra es otra cosa, no es para agradar y gustar, pero sí para reflexionar y disfrutar de algunas provocaciones, tiene mucho de terrible y mucho de tierno a la vez, algo que tenemos todos los humanos.
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Fotos
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Jabones de mil dólares y un video de la artista que invita a bañarse con ella.
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