Año CXXXVIII Nº 48728
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 domingo, 24 de abril de 2005  
Como las perlas
Para leer

"Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron de niña que la verdad surge de la imaginación.". La advertencia es el comienzo de "La mano izquierda de la oscuridad", en el que Ursula K. Le Guin exhibe la naturaleza sensible de los hechos tanto como de su narraciones.

El resto del libro agrega más dudas a una historia que se desarrolla en un mundo, precisamente, imaginario. Un planeta llamado Invierno, ubicado en otro tiempo, donde los habitantes son a la vez hombres y mujeres. Esa particularidad sobre su ambiguo género se convierte en una de las diferencias más difíciles de resolver para el hombre que es enviado a ese planeta como representante de otros. En Invierno las diferencias exeden la sexualidad, pero la dificultad del personaje para establecer una relación por fuera de los condicionamientos de género dan una dimensión muy concreta al modo en que ese sesgo modula la relación con el mundo.

Otras extrañezas se develan a partir de las incomodidades que surgen en las conversaciones, la tensión de los personajes frente a algunas situaciones, o directamente en los relatos que hacen de los mismos hechos las diferentes voces narrativas. Las ofensas no son las mismas en Invierno, el reconocimiento o la confianza se desencuentran en los intentos de acercarmiento o de reproche. La naturaleza se introduce desde su cualidad extrema, el frío.

El mundo de Le Guin apela a las palabras para hablar de la naturaleza sensible de los hechos que, como la de las perlas, hace que brillen en una mujer, y se empañen en otra.
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