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domingo,
24 de
abril de
2005 |
En profundidad. Jorge Asís embistió contra el periodismo complaciente
"Todos estuvieron con
lo que ahora degradan"
El escritor y polemista dijo que Kirchner y sus funcionarios, salvo Lavagna, tuvieron vínculos con el menemismo
Walter Palena / La Capital
Jorge Asís hace tiempo que no recorre los canales de televisión abierta para desgranar esos comentarios filosos que llevan su indeleble copyright. No habla de censura, no se cree demasiado importante, pero sí desliza que su presencia en algún programa con abundante publicidad oficial puede generar problemas para su eventual conductor. En vez de quejarse, eligió otro poderoso medio de comunicación (Internet) para estampar su pensamiento, que pendula entre la coyuntura y la seudobiografía de políticos, a los que les adosa características de la fauna que puebla el horóscopo chino, su otra gran pasión.
En un extenso diálogo con La Capital, el escritor y ex funcionario de Carlos Menem vertió opiniones sobre el gobierno de Kirchner, el rol actual del periodismo y de los políticos que "van chupados", una terminología propia del automovilismo que significa que un "segundón" va pegado al número uno para que le ataje el aire y aprovechar cualquier tropezón de este para tomar luego la delantera o simplemente seguir en carrera.
-Hace tiempo que no se lo ve en los programas de televisión. ¿Ahora prefiere hablar de política desde Internet?
-Es que en realidad pasan muy pocas cosas en la política argentina, que es de un aburrimiento estremecedor. ¿Cuáles son los temas? Está la interna en la provincia de Buenos Aires, pero este tema llega a una monotonía que casi se parece a la relación de Carlos y Camila en la corona británica. No hay desencadenantes nuevos. Yo veo a algunos colegas que tratan de sacarle punta a una situación que se agota con una buena interpretación, y nada más.
-Pero usted le dedica mucho tiempo desde su página.
-Bueno... sí. Hay dos o tres artículos que hablan de eso. Está "Tenedores de saco en el monte Pertuso", sobre cómo Kirchner le perfora la provincia a Duhalde. Después está "Traiciones cruzadas o el arte de empomar", y uno más reciente: "Solá y las garrochas del fracaso". Ahí hablo de la interna en Buenos Aires, pero invito a sus lectores que mejor entren a mi página (jorgeasisdigital.com).
-¿Le parece poco serio el tratamiento que el periodismo le da a esta pelea?
-No me parece que sea para una producción de información tan abundante, como por ejemplo estar al tanto de la última reunión que pudo haber hecho Duhalde en el San Juan Tenis Club.
-¿Por qué entonces los medios consumen tanta tinta y palabras sobre este asunto?
-Porque este no es un gobierno que genere o construya información. Estamos en presencia de un gobierno muy mediocre, donde de pronto la construcción informativa pasa por los discursos intrascendentes y coléricos del presidente, en enunciaciones monótonas. Este parece ser el estilo comunicacional: un presidente que habla y ningún periodista que pregunta o repregunta. El 95 por ciento del periodismo acepta mansamente esas reglas del juego y no investiga los aspectos más sensibles que este hombre (por Kirchner) no está dispuesto a responder.
-¿Como cuáles?
-Son cuantiosos. Pero sorprende cómo los grandes diarios de la Argentina, los canales de televisión y los comunicadores, que hacen gárgaras hablando de la libertad de prensa, aceptan este estilo comunicacional.
-¿Le sorprende que casi no haya programas políticos en la televisión abierta?
-El único que queda es el de Grondona, y lo mandaron a la misma hora que ocupaba el padre Lombardero (el fallecido sacerdote que cerraba las transmisiones de Canal 9). Hay una creencia de que la política no interesa, y si a esto se le suma un periodismo complaciente y conformista, por supuesto que no hay suficiente producción de información que permita la existencia de un periodismo político.
-¿Ve algo sospechoso en el tratamiento casi nulo que se le está dando al caso de las valijas de Southern Winds?
-El problema es que circulan más valijas por algunas secretarías de Estado que por los aeropuertos.
-¿Con el mismo contenido?
-¡No, no! Es otro tipo de marroquinería. El tema de SW, al margen de la inocencia estremecedora del periodismo, desnuda el problema de los subsidios. Hablé en su momento de la corrupción nietzscheana de este gobierno. Nietzsche, en el libro "Así hablaba Zaratustra", eleva la tesis del mito del eterno retorno. Yo doy vuelta la tesis y hablo del "retorno eterno", que está vinculado con la cuestión de los subsidios. Esto sí alarma al gobierno y quiere que no se investigue. Pero como los periodistas son complacientes...
-¿No es peligroso generalizar?
-Por eso hablé del 95 por ciento del periodismo. Acá todo se mueve por el poder de la caja, que hace que vean al gobierno mejor de lo que lo ve Artemiópolis (por el encuestador oficial Artemio López), pero cuando Kirchner esté débil, van a hacer cola para pegarle. Con la caja acorralan y aprietan, como le pasó a Reutemann.
-¿Cómo es eso?
-Reutemann no aguantó un Punto Doc. Bastó solamente con una emisión, con secuelas de inundaciones, y con un gordito escenográfico que lo puteaba, para que el Lole agitara la bandera blanca y ahora se ponga a proclamar las bondades del país en serio que construye Artemiópolis.
-¿Cómo es la teoría de "ir chupado" que le aplica a Solá?
-No es sólo de Solá, es una característica de la política. El poder hoy lo tiene Mengano, entonces vamos todos detrás de él, nos amparamos, y cuando el hombre queda al costado del camino, seguimos a otro poderoso. Ejemplos abundan, pero yo no voy a salir a botonear en esta cuestión facilonga de decir "este estuvo acá, el otro allá". Lo que sí puedo indicar es que, salvo Roberto Lavagna, todos en el gobierno estuvieron exactamente con aquello que ahora degradan.
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Asís le entró duro al presidente Kirchner.
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