ROBO EN UNA JOYERIA

Vigilador sobreseído por matar a un ladrón en "defensa propia"

Es un ex policía que el 28 de febrero asesinó a un asaltante en Maipú al 1100

Ariel Etcheverry / La Capital

Un ex policía de 78 años que mató a un ladrón durante un asalto en una joyería céntrica fue sobreseído de culpa y cargo por la Justicia porque se consideró que actuó frente a una agresión y en "legítima defensa propia". La resolución dictada por un juez penal de esta ciudad alcanzó a Ramón Ferragut, quien al momento de producirse el hecho trabajaba como vigilador de un local de Maipú entre San Juan y Mendoza y que, según los argumentos, debió defenderse del ataque sufrido por el delincuente en medio de una "lucha cuerpo a cuerpo" dentro de ese negocio.

En el mismo fallo, el vigilador fue procesado por portación ilegal de arma de fuego "atenuada". Se trata de una figura legal nueva que hace una diferencia entre aquellos que portan un arma con fines de protección y los que la utilizan para delinquir.

El hecho ocurrió el 28 de febrero pasado en la joyería Cristina Castillo, de Maipú 1145. Habían pasado unos minutos de las cinco de la tarde cuando irrumpieron en el lugar dos delincuentes. Uno de ellos -que luego resultó ser menor de edad- esgrimía un cuchillo y fue directamente hacia la parte trasera del local, donde funciona un taller y depósito. Allí asaltó a dos mujeres.

Su cómplice, identificado como Diego Ansaldi, portaba un arma de fuego y encañonó a la dueña y a un empleado que estaban en el salón de atención al público. En ese mismo sitio se encontraba Ferragut, sentado en un sillón. Según la investigación realizada por el juez de Instrucción número 10, Alfredo Ivaldi Artacho, el septuagenario cumplía en forma "precaria" e "informal" tareas de vigilancia en ese negocio. Siempre lo hacía armado con un revólver calibre 32 del que no tenía autorización legal para portarlo.

El sangriento desenlace se produjo cuando el ex policía decidió intervenir y conjurar el delito. De acuerdo a la reconstrucción que se pudo hacer del episodio en base a testimonios de víctimas e incluso del ladrón que fue detenido, Ferragut desenfundó su arma, se puso de pie y quedó "cara a cara" con Ansaldi. Entonces los dos comenzaron a forcejear sin soltar los revólveres. "Fruto de esa situación, Ferragut le disparó en el mentón, lo que causó la muerta de Ansaldi prácticamente en el acto", consignó el juez.

Entre las pruebas valoradas por el tribunal figuran la declaración "coherente y detallada" que el compañero de Ansaldi volcó ante el juez de Menores Juan Leandro Artigas. En ella, según se desprende de la resolución, el chico reconoció que su compinche "estaba armado" y que la lucha entre Ferragut y quien resultó ser su víctima "fue cuerpo a cuerpo".

No obstante, el testimonio de Ferragut al inicio del proceso fue contradictorio. Según se pudo comprobar, el ex policía mintió en su momento cuando declaró que no realizaba tareas de vigilancias en el lugar y que las dos armas eran de Ansaldi. Esas cuestiones se fueron descartando con el paso de los días.

En sus argumentos, Ivaldi evaluó que el "reducido espacio fáctico de altísimo riesgo para la vida del propio Ferragut y de otras personas (empleados y propietaria) dan cuenta con certeza de la concurrencia de una agresión ilegítima que se responde sin exceso y sin provocación del acusado con medios racionalmente necesarios". Por ese motivo entendió que el ex policía "actuó en una situación de legítima defensa propia" y lo sobreseyó por el homicidio. "Esto no quiere decir que cualquiera puede salir a matar delincuentes. Lo que se comprobó en este caso fue que el vigilador actuó frente a una inminente agresión armada en medio de una pelea y se defendió", describió una fuente judicial.

El asaltante cayó mortalmente herido mientras intentaba huir.