Calzado: ¿Tacos altos o bajos?

Hay que reconocer que es muy difícil resistirse a la tentación de calzarse, aunque sólo sea de vez en cuando, uno de esos pares de zapatos que se ven sobre las pasarelas. Desde hace algunos años para tener los pies de moda hay que subirse a tacos altos y finos, además de enfundarse los dedos en estrechísimas y alargadas punteras.

Ese tipo de calzado realza la belleza de las piernas y estiliza la figura porque obliga a adoptar una postura erguida que la hace más atractiva. No obstante, para conseguir este efecto hay que pagar a veces un precio elevado.

Los errores más comunes que se cometen a la hora de vestir los pies afectan, fundamentalmente, a dos áreas: la elevación del taco y las dimensiones del zapato. Con respecto a la primera cuestión, no puede aplicarse una regla estándar. Hay que valorarlo en función de la altura y la medida del pie, ya que no es lo mismo 12 centímetros de taco en una persona que mide 1,70 (que normalmente lo tiene más grande) que en otra de 1,50 (cuya extremidad será más corta), lo que conlleva a una mayor inclinación del pie. En cuanto a la segunda, la gran mayoría del calzado es muy estrecho lo que provoca que los dedos se superpongan unos sobre otros repercutiendo en el hundimiento de los metatarsianos centrales (los huesos que conforman el empeine) lo que puede producir dolor.

Otros de los problemas derivados del uso de zapatos inadecuados son las ampollas, rozaduras y uñas encarnadas, juanetes, dedos en martillo, anomalías en las articulaciones, dolores de espalda e, incluso, artrosis de rodilla. Los especialistas reconocen que la moda del calzado influye en la salud y la calidad de vida pero sostienen que existen soluciones para poder lucir las últimas tendencias sin necesidad de sacrificar los pies. Lo mejor es reservar los tacos altos y los zapatos estrechos o con tiras para las ocasiones especiales y usar calzado bajo, adaptado al ancho del pie y al peso para desarrollar las tareas cotidianas.