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 domingo, 24 de abril de 2005  
Un juez no revocó el fallo de dejar morir a una beba
Una niña inglesa prematura gravemente enferma no será asistida otra vez por los médicos si deja de respirar

Un juez británico se negó este jueves a revocar una orden judicial que permite a los médicos dejar morir a una niña prematura gravemente enferma, en caso que deje de respirar. Los expertos consideran que la medida es la única manera humana de terminar con el sufrimiento de la bebé.

El magistrado Mark Hedley rechazó el pedido de los padres, Darren y Debbie Wyatt, de revocar un fallo judicial anterior, y dijo que podría revisar nuevamente la decisión en octubre.

La niña Charlotte Wyatt, que ahora tiene 18 meses, no puede ver ni escuchar.

En su fallo, Hedley dijo que si la niña deja de respirar, sólo será atendida con métodos de entubación y ventilación, "pero nada más". Charlotte pesaba sólo 450 gramos cuando nació en octubre del 2003, de seis meses. Desde su nacimiento ha tenido graves problemas de corazón y pulmones. Nunca abandonó el hospital, es alimentada a través de una sonda y recibe oxígeno de manera permanente.

Hasta ahora ha dejado de respirar en tres oportunidades, y en octubre la Justicia falló que los médicos del hospital Santa María de Portsmouth, en el sudoeste de Inglaterra, no necesitan resucitarla si dejaba de respirar nuevamente.

Los expertos consideran que su cerebro y otros órganos están tan dañados que la niña "no siente otra cosa más que un continuo dolor". Sus padres, que desean preservarle la vida a cualquier costo, sostienen que Charlotte puede ver y escuchar algo, y a veces sonríe.

El magistrado aceptó que la niña responde a sonidos fuertes y sigue el movimiento de un juguete colorido, a diferencia de octubre pasado, cuando casi no respondía a nada. Pero el juez expresó que se vaticina que la enfermedad respiratoria crónica de Charlotte es fatal y que su condición neurológica no podría ser peor.

Su cabeza es aún del tamaño de un bebé recién nacido y no se ha registrado ningún crecimiento de su cerebro, convirtiéndola en una "niña con una enfermedad terminal". n un comunicado escrito, los padres dijeron que estaban desilusionados por la decisión del magistrado. "Reconoció, no obstante, que su condición cambió de manera significativa. De hecho, continúa mejorando", expresaron. La pareja apelará el fallo. (AP)
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