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 domingo, 24 de abril de 2005  
Aritos en la Dante

Como padre de ex alumnos del Instituto Dante Alighieri quiero contar la lamentable experiencia que nos tocó vivir el año pasado, cuando uno de mis hijos que cursaba el último año del polimodal decidió ponerse un piercing siguiendo una moda de relativa vigencia sobre todo entre los adolescentes. Fueron vanos sus intentos por convencer al director, ingeniero Federico Ferroggiaro, quien llegó a intimarlo para que se sacara el adminículo en cuestión bajo apercibimientos de ser amonestado. Felizmente el director se dio cuenta de que no lograría su objetivo censurador y pese a que nunca me contestó mi carta donde le reclamaba que respetara la decisión de mi hijo, considerando su actitud claramente inconstitucional, llegó a aceptarlo siempre y cuando se lo cubriera con un apósito, como si fuera una herida, con una curita. De este modo mi hijo aceptó no llevar el caso ante un juez como era mi intención, ya que un director de un establecimiento educativo no puede llegar a tal extremo. Entiendo que las preferencias por alumnos varones con pelo cortito, afeitados y sin aritos pudieron tener vigencia en otras épocas donde la apariencia personal era un valor absoluto y fundamental. Hoy debe darse paso a descubrir la importancia de la individualidad de las personas sin análisis prejuiciosos que no sólo nos confunden sino ahondan la brecha generacional que tenemos obligación de estrechar. Para mi hijo la solución fue la curita, porque quería permanecer en ese colegio con sus entrañables compañeros y excelentes docentes, pero superados el ciclo y la posibilidad de represalias me siento obligado a hacer conocer lo ocurrido porque me preocupa el ejercicio de una autoridad que dista de la esperable en alguien que tiene la obligación de transmitir valores donde el respeto por el otro le haga tolerar las diferencias. Desde mi punto de vista, de ninguna manera la firma de un contrato de adhesión con las instituciones privadas puede ir en contra de principios implícitos en nuestra Constitución nacional que hacen a la dignidad personal y a la libertad para decidir sobre la propia imagen en la medida que no se afecten derechos de terceros, como por supuesto no ocurre por un arito más o menos, con o sin curitas.

Doctor Víctor R. Corvalán,

DNI 4.707.395


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