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 sábado, 02 de abril de 2005  
Sin consuelo
El Papa Juan Pablo II en sus horas finales
"El Papa ya ve y toca al Señor", dijo el cardenal vicario de Roma, Camilo Ruini, quien será el encargado de anunciar la muerte del Santo Padre

Juan Pablo II agonizaba esta madrugada, mientras millones de católicos se congregaban en todo el mundo para rezar y asimilar la idea de que este papado histórico se acercaba a su fin. Ayer varias agencias de noticias y medios italianos anunciaron la muerte del Pontífice, pero esto fue desmentido por el Vaticano. Sin embargo, la admisión de la gravedad extrema de la salud de Juan Pablo II ya no se discutía, mientras los signos de un inminente desenlace fatal se multiplicaban. “Esta tarde o esta noche Cristo abre de par en par las puertas al Santo Padre”, afirmó un obispo que dirigía el rezo del rosario en San Pedro ante unas 50 mil personas que se habían congregado espontáneamente frente a la basílica.

  El Vaticano admitió ayer a la tarde que el Sumo Pontífice, de 84 años, tenía dificultades respiratorias y que su presión arterial había descendido de forma alarmante, pero se apresuró a negar su muerte, como habían anunciado los medios de comunicación.

  El Papa, sin embargo, se hundía en la inconsciencia, mientras sus signos vitales se apagaban. “El sucesor de Pedro el Pescador, está muriendo”, dijo el cardenal de Chicago, Francas George, conteniendo las lágrimas. Igualmente explícito fue el vicario de Roma durante una misa en San Pedro a la que concurrieron el presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, el premier Silvio Berlusconi y numerosas autoridades eclesiásticas. “El Papa ya ve y toca al Señor”, dijo el cardenal romano Camilo Ruini. “El Papa se ha entregado a las manos de Dios”, agregó.

  Aún más claro resultó monseñor Angelo Comastri, vicario general de Juan Pablo II para la Ciudad del Vaticano: “Esta tarde o esta noche Cristo abre de par en par las puertas al Santo Padre y en la puerta seguramente está María, a la que el Pontífice dijo «soy todo tuyo»”, expresó Comastri al inicio de la vigilia de plegaria con el rosario en la plaza de San Pedro.

  “El 16 de octubre de 1978 Juan Pablo II, con voz juvenil, había gritado: «Abrid, abrid de par en par las puertas», y esta noche Cristo le abre de par en par las puertas”, agregó Comastri al exhortar a los fieles a reunirse en oración. Comastri manifestó que “cuando el padre sufre los hijos se le estrechan en torno y cuando el padre muere, los hijos se arrodillan y rezan, y así le dirigen afecto, admiración y gratitud. Así queremos hacer esta noche estrechándonos en torno al Santo Padre”.

  Las ventanas del departamento del Papa en el Vaticano continuaban durante la madrugada romana iluminadas. Una vez fallecido, el obispo camarlengo, debe certificar la muerte del Pontífice y poner en funcionamiento los mecanismos que rigen al Vaticano mientras se congrega el cónclave cardenalicio para elegir un nuevo sucesor de Pedro.

  Entre tanto, funcionarios de la Iglesia preparaban a sus 1.100 millones de feligreses en el mundo para el fin del tercer papado más largo de la historia: superó los 26 años.

  “El estado de salud general y la situación cardiorrespiratoria del Santo Padre han empeorado”, admitió tardíamente ayer el portavoz del Vaticano Joaquín Navarro-Valls, cuya credibilidad cayó fuertemente debido a su reticencia a reconocer la gravedad del cuadro.

  El padre Konrad Hejmo, un cercano amigo del primer Pontífice no italiano en 455 años, dijo que aún estaba vivo pero con auxilio de oxígeno.

  Fieles católicos acudieron a muchas iglesias con velas para orar por quien ha sido su líder espiritual desde 1978. Decenas de miles de feligreses se reunieron en la plaza de San Pedro y algunos dirigían la mirada hacia los apartamentos del Papa.

  De visita pastoral en Argentina, el cardenal polaco Joseph Glemp, íntimo amigo de Karol Wojtyla, comentó que son muy altas las posibilidades de que quien ocupe el Trono de Pedro sea un latinoamericano. El cardenal argentino Jorge Bergoglio se encuentra en la restringida lista de “papables”.

  Ayer el Vaticano convocó a algunos cardenales para que acudieran al lecho de muerte del Papa y se despidieran de él personalmente. Navarro Valls señaló que había tenido que reprimir lágrimas cuando informó a la prensa que el Pontífice había presidido una misa desde su cama al amanecer de ayer (por anteayer).

  “Lo que estoy haciendo ahora es orar para que el paso a la otra vida sea pacífico y sin dolor”, dijo el cardenal Godfried Danneels, arzobispo de Bruselas-Mechelen, Bélgica.

  Sin embargo, los polacos mantenían contra viento y marea las esperanzas de que su amado compatriota, una enorme autoridad moral en el país, escapara de la muerte. Las iglesias en la capital, Varsovia, y en la sureña ciudad de Cracovia, donde Karol Wojtyla fue arzobispo, estaban llenas de creyentes.

  Acorde con el ánimo sombrío que se vive en Italia, los partidos políticos de este país suspendieron este fin de semana sus actos de campaña de cara a elecciones regionales, mientra que el primer ministro Silvio Berlusconi canceló todas sus actividades.

  Juan Pablo II fue sin dudas una figura protagónica del siglo XX, que será recordada con profundo respeto por grandes dirigentes políticos, como Mijaíl Gorbachov, Fidel Castro y Helmut Kohl. Inflexible en mantener las posturas clásicas de la Iglesia sobre temas urticantes como el divorcio, el aborto, la contraconcepción, la unión entre homosexuales, la clonación y el papel de la mujer dentro de la estructura eclesial, Juan Pablo II supo darle a la Iglesia Católica un dinamismo y espacio en los medios de comunicación como nunca había tenido.

  Su intransigencia fue crucial para asestar el golpe final al comunismo y no dudó en aliarse con Estados Unidos para lograr ese objetivo. Pese al conservadurismo que muchos vieron en su gestión, su persona estuvo rodeada por un aura de popularidad, y en sus peregrinajes por el mundo siempre estuvo acompañado de multitudes, que veneraron a donde fuera al “Papa viajero”.


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Miles de fieles se congregaron anoche en la plaza de San Pedro.

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