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 domingo, 19 de diciembre de 2004  
¿Ocupación "fascista" o "imperialismo" democrático?

Pablo Díaz de Brito / La Capital

Irak irá a las urnas el 30 de enero, si las condiciones de seguridad, cada día más difíciles, lo permiten. Para muchos se tratará solamente de unas elecciones de fachada, pseudo democráticas, para elegir un gobierno y un Parlamento "títeres". Una legitimación de la "guerra fascista", como califican a la invasión de Irak de 2003. También se habla, a propósito de Irak, de una etapa "fascista mundial" en la que habría ingresado el capitalismo estadounidense, y para abonar esta suposición se cita, sin ningún rigor, un presunto paralelo con la doctrina del "espacio vital" usada por el nazismo para justificar sus guerras de conquista.

Este discurso es una falacia que no resiste ningún análisis, ni histórico ni de la actual situación. El nazi-fascismo nunca impulsó elecciones, ni Hitler lo hizo en Europa ni Mussolini en Africa (mucho menos unas verdaderamente pluralistas como las iraquíes, en las que ya se anotaron un centenar de partidos y al menos 9 coaliciones). De modo que no hay paralelo histórico y el adjetivo "fascista" aplicado a la ocupación anglo-estadounidense de Irak no se sostiene. (Sí vale, en cambio, para la ideología nacionalista autoritaria del movimiento Baaz, que gobernó Irak hasta 2003 y sigue rigiendo en Siria. El creador del Baaz, Michel Aflaq, se formó en Francia en los años 30, en un clima intelectual ganado por el fascismo y el nacionalismo más extremos).

Ante las elecciones en puerta, se presenta a la criminal ola de atentados, de clara matriz sunita y baazista, como obra de patriotas iraquíes que luchan heroicamente contra la ocupación imperialista. El dato clave que se deja de lado es que las poblaciones de las regiones kurda y shiíta (sumadas son el 80% de Irak) están activamente involucradas en el proceso electoral, pese al arreciar de los atentados terroristas en la zona central sunita y en las regiones mixtas del norte, como Mosul. Un enorme contraste con la era Saddam. Este se organizó su enésima "reelección" con el 100% del voto a favor en unos comicios con lista única, poco antes de ser depuesto por las armas.

También existe un notorio silencio internacional acerca de un logro democrático histórico: los kurdos iraquíes gozan, gracias al "imperialismo yanqui", de un régimen autónomo como nunca tuvieron antes, y como sueñan tener los kurdos turcos, iraníes y sirios. También se evita destacar que hasta los shiítas más radicales se han sumado a la contienda electoral, como el sector del clérigo rebelde Moqtada Al Sadr, quien hasta hace pocos meses lanzaba a sus milicias a combatir contra los soldados de EEUU. El gran ayatolá Ali Sistani, luego de terminar con el alzamiento caótico de Moqtada, logró unificar a casi todos los partidos shiítas en una misma lista, con el claro objetivo de ganar las elecciones y dar a su pueblo, por primera vez, la cuota de poder que le corresponde en Irak.

EEUU auspicia esta revolución democrática pese a la conocida ligazón de los shiítas iraquíes con la república islámica de Irán, su peor enemigo junto con Norcorea. ¿Qué clase de imperialismo será éste, que organiza elecciones libres a menos de dos años de conquistar el país, y sabiendo que tienen grandes chances de ganarlas los aliados de su peor enemigo?
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